Salud

Enfermedades respiratorias en niños: ¿Cuáles son las más graves y cómo tratarlas?

Las bronquiolitis causadas por rinovirus implican mayor riesgo de asma

Los bebés y niños pequeños son los más vulnerables a las enfermedades respiratorias, sobre todo en otoño e invierno y si van a la guardería, debido a que "el sistema inmunitario es inmaduro en los primeros años de vida", según resume Teresa Cenarro, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). No obstante, la mayoría de los niños sufre cuadros "leves" y con pocas complicaciones, aunque sí con molestias porque la tos seca, la fiebre o los mocos les impiden comer o dormir bien y, evidentemente, causan preocupación en los padres, sobre todo si son primerizos.

Aunque hay muchas enfermedades respiratorias, la mayoría causadas por virus o bacterias, los síntomas suelen ser comunes: tos, fiebre, mucosidad, dificultad para respirar, cansancio, etc. Ante los primeros síntomas, no hace falta salir corriendo al médico o las urgencias, se pueden aliviar con lavados nasales, procurando que el niño tome muchos líquidos y miel para rebajar la tos y el dolor de garganta o utilizando antitérmicos para bajar la fiebre. No obstante, cuando aparece una dificultad respiratoria acusada o hay un malestar generalizado, sí conviene acudir al pediatra.

Las enfermedades respiratorias más comunes son la bronquitis, la neumonía, la faringitis, la rinofaringitis, la laringitis, el asma o diversas alergias que causan problemas en el sistema respiratorio. Y, entre las principales dolencias, destaca la bronquiolitis, porque tiene una mayor incidencia y porque en los más pequeños "puede producir cuadros de dificultad respiratoria, lo que conlleva mayor gravedad", según advierte la doctora Cenarro.

El virus respiratorio sincitial

La bronquiolitis es una afección causada sobre todo por el virus respiratorio sincitial (VRS), que afecta a los bronquiolos (vías respiratorias finas), y circula especialmente en los meses fríos, de noviembre a marzo. La mayoría de las bronquiolitis son leves y causan síntomas similar a un catarro que se resuelve en pocos días. Pero cuando el proceso se alarga y aparece la dificultad para respirar o los 'pitos' en el pecho, conviene acudir al médico porque puede causar una enfermedad grave.

De hecho, las bronquiolitis agudas suponen el 18% de las hospitalizaciones pediátricas y se calcula que hasta el 70% de los niños puede sufrir, en algún momento, la infección, sobre todo en el primer año de vida.

La gripe

Asimismo, la pediatra destaca la gripe y la sitúa como una "enfermedad pediátrica" dado que en la actualidad provoca más infecciones entre la población infantil. La tasa de hospitalización, de hecho, es similar o incluso superior en niños de dos años que en personas de más de 65 años. Además, la evidencia científica señala que los niños son los principales transmisores.

Las complicaciones que causa la gripe en la población infantil, además de la fiebre, el cansancio y el malestar general, suele ser el desarrollo de otitis, en más de un 20% de los casos. Además suele exarcerbar enfermedades crónicas como el asma o la fibrosis quística. De hecho, durante la temporada de gripe, las consultas pediátricas se incrementan entre un 50% y un 100%.

Afortunadamente, el calendario de inmunización a partir de la temporada 2023-2024 ha incorporado vacunas que protegen frente a ambas enfermedades. Por un lado, se ha incorporado el anticuerpo monoclonal Nirsevimab, que se administra como una vacuna y protege frente a la bronquiolitis. Está indicado para los recién nacidos y los niños menores de seis meses, así como los menores de 2 años con factores de riesgo. Por otro lado, se ha incluido a los niños de entre seis meses y cinco años entre la población que debe recibir la vacuna contra la gripe, con el objetivo de bajar la alta incidencia en la población infantil y proteger a las personas que conviven con ellos.

La prevención

Para evitar el contagio, se recomienda lavar las manos del niño con frecuencia, no llevarle al colegio si está contagiado porque puede infectar al resto de compañeros, intentar que tosa tapando la boca y la nariz y procurar que no comparta utensilios para comer, toallas o cepillos de dientes.