Este domingo, en Begur (Baix Empordà, Girona), una narcolancha cargó 2.300 kilos de hachís en una furgoneta. Algo salió mal a la hora de acercar el vehículo a la orilla y acabó volcando, ante la estupefacción de algunos vecinos que avisaron a la policía.
Este no es un episodio aislado; es otro más de una mafia que está utilizando las costas catalanas. ¿Por qué? Nos lo cuenta Guillem Sánchez, especialista en sucesos, tribunales, asuntos policiales y de cuerpos de emergencias.
El Gobierno español activó un plan de choque en 2018 para reforzar la lucha antidroga en el Campo de Gibraltar. Invirtió más de 7 millones para ampliar la vigilancia de la puerta de entrada a Europa de las narcolanchas cargadas de hachís que partían desde la costa marroquí. Pero, ¿qué ocurre cuando se tapona una ruta? que las redes criminales encuentran otra: y en este caso ha sido la costa de Catalunya.
Fuentes de la Divisió d'Investigació Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra explicaron a EL PERIÓDICO que la detección de narclanchas con hachís que intentan penetrar en la Unión Europea a través del litoral catalán no ha dejado de crecer desde 2018. Y justo en 2023, descontando el reciente episodio de Begur, los Mossos han recuperado 5 narcolanchas abandonadas en la playa de poblaciones de Mataró (2), Viladecans, Sitges y Sant Pol de Mar.
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