Catalunya concentra el 60% de los atropellos de toda la red ferroviaria estatal

Una persona ha fallecido este martes a primera hora de la mañana tras ser atropellada por un tren en Cornellà. No han pasado ni 10 días desde que cuatro jóvenes perdieran la vida, el 10 de septiembre, en un arrollamiento múltiple en Montmeló, el incidente más grave en Catalunya desde que, en junio de 2010, un tren segara la vida de 12 personas en la estación de Castelldefels. Suceden con cuentagotas, pero este tipo de tragedias son mucho más habituales de lo que cabría esperar. Sobre todo a este lado del Ebro, donde, según Renfe, se concentran el 60% de los arrollamientos que se registran en toda España.

Era noviembre de 2022. Un sábado. A las puertas de la Facultad de Derecho de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), un reducido grupo de veteranos maquinistas aguardaban la salida de familiares que estaban realizando el examen de acceso al curso de conductor de Renfe. Contaba Manuel, ya jubilado, que a lo largo de su carrera había atropellado a siete personas. "Es una vida profesional muy bonita, pero esos malos recuerdos no se te borran", explicaba. Tanto él como Antonio o Salva, todos ya retirados, aprendieron a convivir con una culpa que no debería ser tal. Más de uno estuvo a punto de dejarlo. El goteo de accidentes no cesa. Especialmente en Catalunya: en lo que va de año, son ya 52 las personas que han sido atropelladas por un tren (estadística que incluye tanto fallecidos como heridos).

Para arrojar algo de prespectiva, en todo 2022 fueron 58 las personas arrolladas en Catalunya, por 50 en 2021, 40 en 2019 y otras 40 en 2018. Así las cosas, 2023 va camino de superar todos los registros. Al margen de la tragedia humana, que es al fin y al cabo lo más importante, luego está también la afectación sobre la red ferroviaria. Según datos de Renfe, en lo que llevamos de año, los arrollamientos han supuesto retrasos de más de 60.000 minutos y han afectado a cerca de 1.900 trenes. Un mal menor, sin duda.

Los expertos no tiene una respuesta clara ante por qué en Catalunya se registran más accidentes que en otros lugares

Montmeló y Castelldefels

Los arrollamientos se producen, generalmente, a personas que intentan poner fin a sus vidas. Son cerca del 80% de los casos, según el operador ferroviario. Pero también puede tratarse de despistes a la hora de cruzar las vías o de imprudencias; porque se busca un atajo, por ejemplo. Eso último es lo que parece que sucedió el 10 de septiembre, ya casi de noche, cuando cuatro jóvenes que iban a un festival de música junto al Circuit de Catalunya, en Montmeló, fueron arrollados por un tren de la R3 que en ese momento circulaba a unos 100 kilómetros por hora por una curva con escasa visiblidad.

El desconocimiento de la infraestructura ferroviaria también fue determinante en la muerte de 12 personas en Castelldefels, el 23 de junio de 2010, cuando cruzaron las vías de la estación para dirigirse a una fiesta de Sant Joan que se celebraba en la playa. Justo en ese momento entraba por el otro lado otro convoy de pasajeros. Las familias de los afectados, sin embargo, iniciaron una cruzada judicial para denunciar la falta de seguridad en la estación. Tras perder en todas las instancias judiciales españolas, que sentenciaron que hubo negligencia por parte de las víctimas, apelaron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En 2017, el senador del PNV José María Cazalis Eiguren preguntó sobre los arrollamientos en la red ferroviaria española. Adif facilitó la información, que hace referencia a la década 2007-2016, en concreto, a los atropellos mortales. Un total de 144 personas perdieron la vida en las vías en esos 10 años, y en 58 casos, la muerte se produjo en algún punto de la red ferroviaria catalana. El 40,3% del total. La Comunidad de Madrid le sigue a mucha distancia (19 fallecidos, el 13,1%) y luego vienen la Comunitat Valenciana, Euskadi y Asturias, todas ellas con 18 muertos, el 12,5% del total.

Sin patrón geográfico

En cuanto a las localizaciones de los atropellos, terminen o no en fallecimiento de la víctima, no suele haber un patrón geográfico o una línea concreta de Rodalies que registre más incidentes que otras, pero Renfe admite que "existen una serie de pasos viciados en zonas de playa"; es decir, caminos de tierra que, inexplicablemente, terminan en las vías del tren, como creando una zona habilitada para cruzar.

En la R2, en el Garraf, señala un maquinista, es habitual encontrarse gente cruzando las vías. ¿Razón? El tren está entre entre la cala Morisca y el aparcamiento de coches. ¿Cuál es el camino más rápido? La infraestructura ferroviaria. Sucede lo mismo en estaciones, sobre todo de la R3, que están situadas en medio del pueblo y la gente cruza las vías "como si fuera una calle más, muchas veces, sin mirar si viene el tren". "Por eso en estos puntos -prosigue el maquinista- ya vamos con mil ojos y, aunque no es obligatorio, con la marcha reducida".

Este 2023 se han producido atropellos en puntos de Badalona, Sitges, Castellbisbal, Santa Susanna, Montgat, La Granada, Cardedeu, Llinars, Barberà del Vallès, Cunit, Sant Pol, Canet, Balenyà o Granollers, entre otros. Por supuesto, también en Montcada, municipio que tiene pendiente el soterramiento de las vías y que se acerca a la catastrófica cifra de 200 fallecidos (son, por ahora, 179) en las vías.

Este diario ya reflexionó tras la tragedia de Montmeló sobre la necesidad de vallar las vías, como sucede con la alta velocidad. Aunque los maquinistas lo agradecerían, existe cierta coincidencia en que no debería ser necesario, pues del mismo modo que se protege una autopista y no una carretera nacional, también se protege el AVE y se deja sin perímetro la red convencional. "Falta cultura ferroviaria", asegura Joan Carles Salmerón, director del Centre d’Estudis del Transport (CET).

Mejorar la señalización

Daniel Pi, portavoz de la asociación Promoción del Transporte Público (PTP), tampoco es partidario de resguardar toda la malla de Rodalies. "Hay que mejorar la señalización, sobre todo en las estaciones con paso a nivel de vías. Pero la persona que ha decidido poner fin a su vida no va a cambiar de opinión por una barrera y, lamentablemente, encontrará la manera, ya sea en un puente o en el andén de una estación", señala.

¿Pero por qué Catalunya concentra tantos atropellos en las vías del tren? Es una pregunta para la que no hay una respuesta clara y que Renfe también estudia. El hecho de pasar por zonas socialmente más vulnerables. Que las vías atraviesen núcleos urbanos y también rurales. Que todavía queden tantos pasos a nivel por los que cruzar para ir de un lado al otro del municipio. Que no se le tiene tanto miedo al tren como sí al coche. Y que la señalización, tanto visual como acústica, no debería dejar ningún lugar a la duda sobre los peligros que comporta una infraestructura ferroviaria. Se trata de algunos de los argumentos que comparten los expertos consultados por este diario, que, sin embargo, no se ven capaces de desempatar con una respuesta salomónica.

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