Hábitos ciudadanos

Llegar al campus de la UAB: 50 años de conquista del transporte público sobre el coche

Estudiantes de la UAB, tras llegar al campus en Ferrocarrils, se dirigen a sus facultades. / Jordi Otix

El campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) puede concentrar a diario la misma población que municipios como Esplugues, Gavà, Igualada o Blanes. Mucha gente para un total de 260 hectáreas situadas entre la AP-7 y la C-58, en terrenos de Cerdanyola, patria madre de Bellaterra. La necesidad de albergar en un mismo lugar tal cantidad de facultades e instalaciones no dejó más remedio que alejarse de la gran ciudad, ni que fuera un poco. Lo que generó un reto añadido: el de la movilidad. Un desafío que desde principios de los años 70 ha ido evolucionando de la mano de las nuevas infraestructuras, pero también a través de los nuevos hábitos. Desde 2001, por ejemplo, el uso del vehículo privado para llegar a la UAB ha caído casi un 37%, mientras que el del transporte público ha aumentado un 27% y los ciclistas, aun siendo franca minoría, se han multiplicado por 13.