MeToo en los quirófanos

Un tercio de las cirujanas británicas dice haber sido agredidas sexualmente por colegas

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Intervención en un quirófano.

Lucas Font

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Las cirujanas británicas han alzado la voz contra los casos de acoso y de abuso sexual sufridos en los hospitales del Reino Unido. Casi un tercio de ellas aseguran haber sido víctimas de algún tipo de abuso sexual en el trabajo en los últimos cinco años, según un estudio publicado este martes por el Diario Británico de Cirugía (British Journal of Surgery). Unos datos que el Colegio de Cirujanos ha calificado de “realmente impactantes” y que han sido trasladados tanto al Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) como al principal órgano que regula la actividad de los médicos.

En el informe, avanzado por la BBC y el diario ‘The Times’, los cerca de 1.500 profesionales entrevistados, la mitad de ellos mujeres, revelan situaciones de abuso como tocamientos por debajo de las batas o rozamientos con erecciones. El estudio da voz a testimonios como el de Judith, una cirujana que explica cómo, en sus primeros años como profesional, un cirujano veterano se secaba el sudor de la cara en sus pechos. Cuando ella le ofreció una toalla, él respondió que prefería hacerlo en su escote, "porque es mucho más divertido".

Una de cada diez de esas trabajadoras ha experimentado algún tipo de "contacto físico forzado vinculado a oportunidades laborales", mientras que 11 de las encuestadas reconocen haber sido víctimas de violaciones, en algunos casos dentro de las salas de operaciones.

El informe recoge el caso de Judith, que cuenta cómo el cirujano se secaba el sudor en sus pechos

Conductas impunes

Según el estudio, casi un 90% de las mujeres y un 81% de los hombres han sido testigos de conductas sexuales inapropiadas en los hospitales, algo que ha puesto en evidencia la impunidad con la que muchos profesionales, la mayoría de ellos con cargos de responsabilidad, han tenido en los últimos años. Además, cuatro de cada diez cirujanas aseguran haber recibido algún comentario sobre su físico o bromas sexuales en el entorno laboral. Algo que, según la presidenta del foro de Mujeres Cirujanas, Tamzin Cuming, ha provocado un "momento MeToo" en la cirugía. En un artículo publicado en ‘The Times', Cuming reclama un “cambio radical en la cultura de la atención sanitaria”.

El estudio retrata la impunidad del sector: apenas hay denuncias ni mecanismos para detectar y prevenir los abusos

Los resultados de la investigación han puesto de manifiesto la falta de mecanismos para detectar y prevenir este tipo de actuaciones en el servicio de salud británico, un sector altamente masculinizado y jerarquizado y en el que en muchos casos las víctimas se resisten a denunciar por miedo a sufrir represalias profesionales. Las propias encuestadas aseguran sentir desconfianza hacia los colegios de médicos y hacia la propia dirección del NHS y afirman sentirse desprotegidas ante unos hechos que siguen ocurriendo a día de hoy. “El resultado es un entorno de trabajo inseguro y un espacio inseguro para los pacientes”, señala el documento.

Situación inaceptable

Los principales órganos responsables e instituciones sanitarias del país han mostrado su preocupación por el elevado número de casos reportados en el informe, elaborado con la colaboración de la Universidad de Exeter y la Universidad de Surrey, y han insistido en que se están tomando medidas para acabar con estas prácticas. "Estamos adoptando medidas significativas para lograrlo, entre ellas el compromiso de ofrecer más apoyo y mecanismos claros de denuncia a quienes hayan sufrido acoso o conductas inapropiadas", ha explicado la doctora Binta Sultan, una de las responsables del NHS en Inglaterra, a la BBC.

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Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos de Inglaterra, Tim Mitchell, ha reconocido a la cadena pública que los resultados son "profundamente chocantes y serán una fuente de gran vergüenza para la profesión quirúrgica". Mitchell ha destacado la importancia de crear entornos seguros para que se puedan denunciar este tipo de conductas. “Tenemos que instaurar una cultura de tolerancia cero para garantizar que existen mecanismos que hacen que las personas afectadas den un paso al frente, denuncien estos incidentes y tengan la garantía de que se tomarán en serio".

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