Carlos Ortiz: "Si a una caja con libros en un aula lo llamamos biblioteca, a un botiquín lo podemos llamar hospital"

-¿Le sorprendieron los últimos resultados del PIRLS, que mostraban que la comprensión lectora de los alumnos catalanes está a la cola de España, solo por delante de Ceuta y Melilla? -No. Tenemos multitud de estudios científicos que confirman que cuando se recorta el presupuesto de las bibliotecas escolares, las horas de sus bibliotecarios, o se cierran, ocurre esto. Quizá uno de los casos más representativos es el de Minneapolis. -¿Qué pasó? Con la crisis de 2010, se empezó a despedir a los bibliotecarios no docentes de las escuelas. Hasta 9000. La gran mayoría de bibliotecas cerraron. Es lo que ocurre cuando nadie puede ocuparse. Ahora les están volviendo a contratar porque los resultados de competencia lectora, saber leer, y competencia informacional, saber informarse críticamente, han caído de forma abismal. Además tienen claro que por equidad, no pueden dejar los centros en manos del voluntariado, como ocurre aquí con las afas. Porque si la biblioteca recae en la buena voluntad y el tiempo libre de las familias, entonces lo que ocurre es que las clases sociales más bajas tienen peores bibliotecas escolares y las más aventajadas, mejores. -En Catalunya, donde más de un 40% de las escuelas han cerrado su biblioteca, ¿pasa eso? ¿Qué perfiles de escuela han mantenido sus bibliotecas abiertas pese a todas las crisis? -Desde el sector bibliotecario lo que vemos, por los centros que pisamos, es que en Barcelona es donde se concentran más bibliotecas abiertas; y las que más impacto tienen son las de barrios con afas potentes (Les Corts, Sarrià, Gràcia, Eixample). Son como setas que van saliendo a partir del tejido sociocultural al que pertenecen los padres. Al no existir un presupuesto propio para bibliotecas escolares, son las afa con interés las que ponen el dinero; y ese dinero lo pueden poner en material o contratando a un bibliotecario. "El plan de Educació para 50 bibliotecas es una prueba piloto, y estamos en un momento para planes de choque. Las estadísticas pedían ser valientes" -Actualmente, la mayoría de centros que tienen un bibliotecario profesional contratado lo está por las familias, no por el Departament? -Sí. -Sorprende, teniendo en cuenta que la ley de educación dice explícitamente que las escuelas deben tener una biblioteca y el Departament reconoce abiertamente su importante función pedagógica. -Tenemos una ley que dice que la biblioteca es obligatoria, pero que también reconoce la autonomía de centro. Cada centro tiene total libertad para implementar su proyecto. Así, cuando como bibliotecarios pedimos explicaciones al Departament nos responden que se trata de una cuestión de autonomía de centro, como si no hubiera una ley que obligara. -Llama también la atención que la autonomía de centro no lleve a las direcciones a reivindicar sus bibliotecas. -Aquí opera el sesgo del superviviente. Si las bibliotecas que tú conoces son las de hace 40 años, lugares oscuros, con una colección envejecida; si tienes en la cabeza la ecuación de que biblioteca es igual a lectura, puedes decir, 'no, no, la lectura ya la estamos trabajando en otros espacios' y decidir cerrar la biblioteca por desconocimiento de todo lo que un centro pierde cerrando la biblioteca. -¿Qué pierde? -Pierde todo el trabajo de promoción lectora que puede hacer la persona que está al frente de la biblioteca, todo el trabajo de competencia informacional y mediática; de formación del profesorado de promoción de la lectura, de cómo buscar información, de cómo ser crítico con la información… todo eso que es el valor añadido de la biblioteca escolar, que va mucho más allá de la lectura. En los años 80 teníamos un modelo que era lo que era y el mundo de la biblioteca escolar se ha quedado congelado en hace 40 años en todos los aspectos, en España en general; menos en alguna región, como Galicia. Pero esa es una idea totalmente caduca de biblioteca escolar, y ese es uno de los problemas. El mundo de la biblioteca escolar se ha quedado congelado en hace 40 años en todos los aspectos -¿Cómo tendría que ser una biblioteca escolar en el 2023? -Me gusta definirla por lo que no es. No es un espacio en el que los niños van a leer a la hora del patio y del comedor; la biblioteca es un recurso pedagógico que da apoyo a todo el profesorado y a todo el alumnado para que se pueda desarrollar de forma más efectiva el proyecto pedagógico del centro. En el momento en el que cambias el chip de que la biblioteca no es un sitio en el que los chavales van a leer sino un centro de recursos pedagógicos la cosa cambia. -Y para eso es imprescindible un bibliotecario, claro. -Es que a nadie se le ocurre tener una peluquería sin peluquero, una charcutería sin charcutero, un hospital sin doctores, pero alguien ha pensado que puede funcionar una biblioteca sin bibliotecario. -¿Qué le parece el plan piloto del Departament en 50 bibliotecas? -Tímido. Además, es una prueba piloto, y estamos en un momento para planes de choque, no para pruebas piloto. Las estadísticas pedían un plan más valiente. El primer año son 150.000 euros de presupuesto, y a partir del segundo un millón de euros cada año. Galicia está inyectando 30 millones anuales en bibliotecas escolares. Las bibliotecas necesitan capital humano y económico para renovar mobiliario y fondos. Tenemos bibliotecas muy anticuadas en ambas cosas. Entonces es una conjunción de las dos cosas, si tú renuevas mobiliario y fondo pero solo tienes un profesor que te puede abrir seis horas a la semana, ¿qué servicio se está dando? Tú te vas a los documentos del Departament y te dice que la biblioteca tiene que ser un centro de recursos pedagógicos, vale… ¿y con seis horas a la semana cómo se hace? -¿Qué les diría a las direcciones que apuestan por sustituir las bibliotecas escolares por bibliotecas de aula? -Lo que dijo el presidente del Col·legi de Bibliotecaris. Si a una caja con libros en un aula le llamamos biblioteca, a un botiquín lo podemos llamar hospital. Una biblioteca de aula es un lote de libros, no es biblioteca. -Pero sí es una forma de que todos los niños y niñas tengan acceso directo a los libros... -Sí, pero no puede sustituir a la biblioteca central. Las bibliotecas de aula están muy bien, pero tienen que estar vertebradas por la biblioteca central de la escuela. -Hablemos ahora de niños y lectura. Si tu hijo solo quiere leer libros sin demasiado valor literario, o directamente con valores cuestionables, ¿qué tienes que hacer? -Como dijo Buda, siempre el más complicado es el camino del medio. A veces, cuando no acabas de ver el camino del medio, va bien irse a los extremos. Yo siempre digo que es mucho más positivo que lean a que no lean. Si anulas el camino del medio y solo te queda leer o no leer, que lea, y que lea lo que quiera; mientras están leyendo están creando hábito lector. -Sea lo que sea, ¿eh? -Sí, el mundo de la lectura está muy elitizado. A mí gusta hacer un paralelismo con el cine. A veces, los padres estamos obsesionados en que los niños vean las películas que a nosotros nos gustaban de pequeños; y a mí 'Star Wars' me flipa, pero 'Star Wars' es del 77, quizá el 'Star Wars' de hoy en día es Marvel. Lo recomendable es acercar historias a los niños. Ver una serie no deja de ser acercarse a una historia.

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Uno de los pocos bibliotecarios escolares profesionales en activo en Catalunya, referente y gran defensor de este recurso pedagógico, reflexiona sobre el papel de la biblioteca escolar y la estrecha vinculación entre su cierre y la caída en picado de los resultados en comprensión lectora

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