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La nueva ley de paridad: oportuna, pero rodeada de incógnitas

Las cinco claves de la ley de paridad

El Congreso cambia la ley del 'sí es sí'

Al margen de las bondades de la nueva norma, la duda está en si podrá aprobarse definitivamente antes de que termine la legislatura

Manifestación del 8M en Barcelona / Manu Mitru

Buen administrador del tiempo político, Pedro Sánchez aprovechó el fin de semana previo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para hacer un anuncio de impacto: el Gobierno, y más concretamente la parte del PSOE, tenía a punto el anteproyecto de ley de paridad. La norma va más allá de la ley de igualdad de 2007 y, entre otras cosas, implanta las listas cremallera (la inclusión alternativa de un hombre y una mujer) en las candidaturas de cualquier proceso electoral –Congreso, Senado, autonomías, ayuntamientos- y el equilibrio de género en el consejo de ministros y los consejos de administración de las empresas cotizadas, y también de las grandes empresas no cotizadas. Todos esos ámbitos, y otros como las direcciones de los colegios profesionales e incluso los jurados que otorguen premios públicos, deberán contar con un mínimo del 40% de hombres y mujeres a partir de los próximos años.