La cara oscura del turismo reproductivo

Parejas de lesbianas que viajan a Barcelona para inseminarse y luego sus países no las reconocen como madres

Las uniones del mismo sexo se enfrentan a obstáculos para oficializar su paternidad en el registro civil en países como Italia o República Checa

Oliver junto a sus madres, Maša y Klara, que tuvieron que viajar desde Liubliana (Eslovenia) a una localidad de Austria, donde el acceso de las parejas homosexuales a la medicina reproductiva está permitido.

“Queríamos ser madres a pesar de todos los obstáculos con los que sabíamos que nos íbamos a encontrar”, afirma, convencida, Sonia, que viajó con su pareja desde Milán a una clínica de reproducción asistida en Barcelona. Para ella y Federica, cruzar la frontera fue el único camino posible para formar una familia juntas, aunque, por desgracia, a ojos de la legislación italiana, Sonia es la única madre de Beatrice y Leo.