Charca polémica

El Govern condiciona el futuro de la Bassa de Llinars a un acuerdo entre ayuntamiento, propiedad y empresa

Un camión llena de arena la charca de Llinars. / Boi Ramoneda

La sombra de las elecciones municipales empaña el debate sobre el futuro de la Bassa de Llinars. Mientras decenas de vecinos siguen acampados para defender la recuperación de este espacio, la Generalitat traslada ahora la responsabilidad al ayuntamiento, a los propietarios del terreno y a la empresa que hasta hace pocos días llenaba de tierra la charca para secarla.