Claves para la supervivencia humana

Crisis de polinizadores: desaparecen abejas y mariposas por la agricultura intensiva y la destrucción de hábitats

Una blanquiverdosa posa sobre una flor. / Ricard Cugat

A la hora de analizar el declive de algunas especies de animales, a menudo se dejan de lado los insectos polinizadores. De las 2.000 especies de abejas que hay en Europa, cuatro de cada diez están en regresión y una de cada diez bajo amenaza de desaparecer. Pasa algo parecido con las mariposas diurnas: la lista roja europea sitúa al 30% en caída poblacional y casi el 10% se encuentran en peligro de extinción.

¿Y por qué son importantes estos insectos? En primer lugar, "son claves para asegurar una buena salud de la biodiversidad y para la supervivencia humana", constata Jordi Bosch, investigador del CREAF que ha participado en el estudio sobre el estado de estos insectos. "Sin ellos, las flores y la vegetación no se podrían reproducir. Necesitamos a estos insectos", añade Bosch.

Pero no solo esto, también tienen efectos positivos sobre el sector agrario. "Los agricultores son los primeros interesados en preservar a las poblaciones de insectos polinizadores silvestres, porque permiten la perpetuación de especies vegetales y contribuyen a la producción de frutas, hortalizas o cereales", afirma Elisenda Guillaumes, directora general de Agricultura i Ramaderia.

Agricultura intensiva

En Catalunya las cosas no van mejor. Los datos sobre las poblaciones de polinizadores a lo largo de los últimos 30 años son poco alentadores: "El 20% de las mariposas están amenazadas", apunta el investigador. Sobre todo se han perdido mariposas asociadas a prados y herbazales. De las 45 especies de mariposas en peligro, 32 se encuentran en estado de conservación 'vulnerable' y otra está 'extinta' como reproductora en Catalunya.

A parte de las abajas y las mariposas, hay escarabajos, avispas y otros insectos que también polinizan las flores. ¿Cuáles son las causas de esta pérdida de ejemplares? Según el estudio hecho por el CREAF, hay tres factores: primero, el cambio climático, por el que las flores producen menos néctar. Segundo, "la destrucción y alteración de hábitats naturales". Y tercero, la agricultura intensiva, ya que "grandes extensiones de monocultivo no ayudan a la conservación de estos animales", detalla Bosch.

Plan pionero

"La poca diversidad y cantidad de polinizadores es preocupante, pero en Catalunya tenemos un plan. Coordinaremos los distintos sectores para compatibilizar la agricultura y la biodiversidad", propone Marc Vilahur, director de Polítiques Ambientals de la Generalitat.

Para conseguirlo, se pone en marcha un 'plan intersectorial de conservación de polinizadores silvestres en Catalunya (PIPOL)'. "Nos tenemos que deshacer tanto como podamos de los plaguicidas", considera Bosch. Guillaumes propone el uso de productos fitosanitarios ecológicos. El Govern también se propone recuperar márgenes entre cultivos y concienciar a la sociedad de los beneficios de estos insectos.