El alcalde de Portbou sitúa el foco del incendio en una playa francesa gracias a una foto

El fuego de Portbou, que los Bombers de la Generalitat han dado por controlado este lunes a las ocho de la tarde, ha abrasado 111 hectáreas pero comenzó al otro lado de la frontera francesa, donde ha calcinado unas 800 hectáreas. El alcalde de Portbou, Xavier Barranco, ubica el origen del siniestro en la playa de Peyrefitte, en la localidad francesa de Cervera, a muy pocos kilómetros del territorio español, gracias a una fotografía enviada por un testigo que ha compartido con EL PERIÓDICO. En la imagen se aprecian unas columnas de humo incipientes que están cogiendo fuerza en un terreno que Barranco relaciona con un cámping, junto a la playa. Se observa asimismo que el humo, impulsado por el viento y la pendiente del terreno, se dirige hacia la zona terrestre y se aleja del mar. La investigación para aclarar cuál ha sido la causa de este incendio, en cualquier caso, correrá a cargo de las autoridades francesas. El balance de hectáreas afectadas por el incendio en suelo catalán supera el centenar. Según los Bombers, que han seguido trabajando durante todo el lunes sobre el terreno, la inmensa mayoría de la masa vegetal calcinada se corresponde con arbustos. Cortafuegos providencial Con independencia de qué chispa ha provocado este fuego, las llamas se han encontrado enseguida con un combustible dispuesto a arder enseguida debido a la sequía que acumula el territorio. Barranco ha recordado que hace solo una semana en Portbou se declaró otro incendio. Conscientes del estado de la vegetación y de la fuerza con la que sopla en esta zona la Tramuntana, el Ayuntamiento encargó a una empresa que ampliara el margen de seguridad de la carretera que conecta el municipio con Francia y que usan muchos vehículos. También se había mantenido en buen estado, gracias a un rebaño de cabras, un cortafuegos que se ha aliado esta noche con los bomberos para evitar que el fuego alcanzara otras demarcaciones como las de Colera. Territorio preparado La directora general de Ecosistemes Forestals i Medi Ambient, Anna Sanaitjas, ha explicado en declaraciones a este diario que el Govern ha destinado 72 millones de euros en preparar el territorio para los fuegos forestales. Medidas como mantener los cortafuegos en buen estado o abrir espacios de seguridad han resultado claves para detener el incendio de este domingo, porque la situación es "compleja", ha remarcado. El riesgo de incendio se mide a partir de dos factores: las condiciones meteorológicas –humedad, viento o temperatura– y el estado de la vegetación. El segundo está mal, ha subrayado Sanaitjas, en alusión a los dos años de sequía que acumula Catalunya. "Tenemos árboles que crecieron hace 40, 50, 60 o 70 años en un contexto distinto al actual y además la sociedad ha dado la espalda a bosques que tradicionalmente se trabajan, ahora hay mucho matorral y la guerra por el agua que mantienen hace que la vegetación esté muy seca", ha razonado. "En condiciones normales, en abril las plantas deberían estar brotando. Pero no está ocurriendo eso y no es lo mismo que las llamas se encuentran con una masa vegetal de hojas verdes que con una masa vegetal seca", ha evidenciado. A la espera de la lluvia David Borrell, jefe de los Bombers, en el mismo sentido que Sanaitjas avisó en una entrevista concedida en TV3 de que "si no llueve en mayo", Catalunya se adentrará en una situación sin precedentes. Si las lluvias llegan antes de verano, como debería suceder en un clima como el del Mediterráneo, la campaña será "normal". Pero si no lo hace, y se mantiene "tanta sequía acumulada", la situación será "nueva". El cambio climático ha acentuado la agresividad de los fuegos forestales y agrandado los periodos de riesgo de incendio, que ya no se circunscriben como hace una década a los meses de verano. En 2023 la campaña se avanza al 1 de junio y se alarga hasta el 30 de septiembre.

El alcalde de Portbou sitúa el foco del incendio en una playa francesa gracias a una foto

Los Bombers dan por controlado un fuego que confirma que, si no llueve en mayo, Catalunya se adentrará en un mapa de riesgo desconocido

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