Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA) es fácil pensar en robots y máquinas con conciencia. Sin embargo, eso son ideas surgidas de la ciencia-ficción. La realidad de esta tecnología generativa es mucho más mundana y sucia. El 'cerebro' de los chatbots como ChatGPT está situado en grandes naves industriales, en centros de datos poblados por extensas columnas de ordenadores que trabajan sin cesar para almacenar billones de datos y resolver operaciones en fracciones de segundo. Esa realidad contamina y amenaza con acelerar el cambio climático.
Impacto climático de la IA
El auge de la inteligencia artificial acelera las emisiones contaminantes
La falta de transparencia de las grandes empresas tecnológicas dificulta calibrar la huella de carbono de unos sistemas que requieren de cada vez más recursos como energía o agua
Un centro de datos de Facebook en Luleå, Suecia. /
Temas
Sostenibilidad Microsoft Contaminación Internet Cambio climático Google Energía Crisis climática Inteligencia artificial
Lo más visto
- El pantano de Talarn llega al máximo de su capacidad y empieza a desembalsar agua
- Los hipotecados podrían ahorrarse hasta 300 euros cada mes si cambian su préstamo variable por uno fijo o mixto
- La cuenta de los directivos del Barça que investiga Hacienda recibió un ingreso de 350.000 euros de una empresa que trabaja para el club
- La Generalitat dará 15.876 euros a los catalanes menores de 30 años que se den de alta como autónomos
- Varios pantanos de hidroeléctricas de la cuenca del Ebro llegan a su máximo y abren compuertas en Catalunya tras las lluvias