Educación en Catalunya

¿Cómo es enseñar en un barracón escolar?: la eterna sensación de provisionalidad

Las escuelas no pueden diseñar proyectos a medio y largo plazo y deben sortear problemas como goteras, frío en invierno y falta de espacios compartidos

Protesta por la presencia de barracones en una escuela de Barcelona, en el 2017.  / FERRAN NADEU

Pese a que el 'conseller' de Educació, Josep Gonzàlez-Cambray, aseguró a principios de este curso que las escuelas le piden que no les retire los barracones, que "se encuentran muy bien en ellos", docentes que trabajan día tras día en centros ubicados en módulos provisionales no acostumbran a describir la situación precisamente como un chollo. Si bien es innegable que los barracones, aunque todavía de chapa, están mejor que hace unos años [y, en ocasiones, incluso en mejores condiciones que viejos edificios de obra, pero con muchísimos años y muy poca inversión], los colegios e institutos en barracones continúan presentando una serie de inconvenientes que, aunque varían mucho en función de la realidad de cada centro, tienen algo en común: la dificultad añadida de pensar en proyectos a medio y largo plazo si no sabes con qué espacios contarás el curso próximo.