Colectivo LGTBI

Ser gay en la vejez: "De joven me aplicaron electrochoques y ahora debo vigilar con las estafas amorosas"

  • Enric Mur y Ramón Ferrándiz vivieron la represión franquista y familiar, y ahora en la vejez se enfrentan a la soledad y las estafas amorosas

  • Se conocen desde hace apenas un año en la Fundació Enllaç y son como dos hermanos inseparables

Enric Mur y Ramón Ferrándiz, dos hombres homosexuales mayores de 60 años, ahora son amigos inseparables, después de conocerse en la Fundació Enllaç de Barcelona. / Jordi Otix

"Para mí conocer a Ramon en la fundación Enllaç ha sido imprescindible para seguir viviendo, es como mi hermano", explica Enric Mur, jubilado de 68 años que se ha pasado media vida escondiendo su orientación sexual para evitar el rechazo. Le escucha atentamente Ramon Ferrándiz, profesor de Bellas Artes ya retirado, de 66 años, que admite, sin tapujos, tener ganas de suicidarse pero no ser valiente para hacerlo. Se funden en un abrazo en la sede de la Fundació Enllaç, la entidad donde coinciden desde hace menos de un año, y donde han encontrado amigos y actividades para realizar con total libertad. Hablan de la soledad que sufren con mayor intensidad las personas del colectivo LGTBI al llegar a la tercera edad, así como de los problemas que tienen para enamorarse, ya que las estafas y engaños amorosos sobrevuelan el colectivo.