8-M | Avances legislativos y rearme del negacionismo: chequeo a 5 años de 'boom' feminista

Desde que el movimiento feminista dio en 2018 la campanada al organizar la primera huelga de mujeres, muchas de las demandas coreadas en las calles han llegado al Boletín Oficial del Estado. Empezando por 'solo sí es sí' o 'no es abuso, es violación' que se ha transformado en la polémica ley de la libertad sexual. Y continuando por la reforma de la ley del aborto, que devuelve a las jóvenes de 16 y 17 años la posibilidad de interrumpir el embarazo sin el permiso de sus padres. También se han puesto en marcha medidas encaminadas a que las mujeres no sean penalizadas en el mercado laboral y se equilibren los cuidados, como la equiparación de los permisos de paternidad o maternidad. Pero, como el feminismo pretende remover desde los cimientos hasta la cúspide de la sociedad patriarcal, también se está encontrado con fuertes resistencias y un rearme del negacionismo, que se extiende peligrosamente entre los jóvenes. Se han producido, por tanto, avances importantes, pero persisten los retos y existen ciertos retrocesos, según diagnostican, por este orden, cinco especialistas en distintos ámbitos para EL PERIÓDICO. Experta en comunicación Verónica Fumanal: "Es preocupante que muchos chicos sientan agravio" ¿Cuáles son los avances? En materia de violencia, la ley del 'sí es sí', a excepción de la cuestión punitiva, es tremendamente positiva, porque sitúa a la mujer en el centro de la protección, incluso sin tener que denunciar. En materia económica, el aumento del salario mínimo, la reforma laboral, la subida de las pensiones mínimas… afectan sobre todo a las mujeres. En derechos reproductivos, la sentencia sobre la ley de plazos y la nueva ley del aborto. En materia de conciliación, la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad es fundamental, porque elimina una de las principales barreras en el mercado laboral. ¿Qué retos quedan pendientes? Garantizar que las mujeres puedan acceder a puestos ejecutivos y la igualdad salarial. Básicamente, porque, a pesar de que las mujeres tienen los mismos atributos, en puestos de responsabilidad son todavía una minoría y cuando llegan son juzgadas de forma diferente. Otros retos son la igualdad en el deporte y en ámbitos fuertemente masculinizados como la ciencia, la tecnología o los 'gamers'. Y que los cuidados no sean eminentemente femeninos. Por último, los sesgos que inundan los procesos narrativos de nuestra cultura, una forma de pensar imbricada en un machismo estructural que lo contamina todo, desde la publicidad, pasando por la política, el deporte, la comunicación o la educación. ¿Ha habido retrocesos? La resignificación del concepto feminista, junto con la conceptualización partidista de la palabra que ha divido al movimiento. Esto ha dado alas al machismo que, escondido bajo un discurso de supuesta igualdad, ha introducido el concepto ideología de género que merma la lucha feminista ya que reconvierte la palabra en un antónimo del machismo. Esto ha roto los consensos institucionales, ha hecho que entre los jóvenes haya un creciente sentimiento de agravio y está arrastrando a posiciones machistas a partidos que habían llegado tarde, pero habían aceptado la narrativa del feminismo como sinónimo de igualdad. Este hecho es mucho más grave con la división del feminismo, que ha separado la lucha común de las mujeres y ha fortalecido el machismo, cuyo principal aliado es la negación de la desigualdad y la división del movimiento. Psicóloga experta en violencia machista Alba Alfageme: "Hemos de poner el foco en los hombres" ¿Cuáles son los avances contra la violencia machista? La toma de conciencia de que es un problema estructural. Estamos acabando con esa invisibilidad histórica que ha permitido que siga presente. Además, se han aprobado normativas que incorporan nuevas formas como la violencia institucional o la vicaria. La 'ley del sí es sí' es un gran avance al incorporar la educación afectivo-sexual, la custodia de pruebas o cómo tomar las declaraciones, aunque grupos vinculados a la derecha han criticado mucho la ley. ¿Qué retos quedan pendientes? Es importante que empecemos de una vez por todas a cambiar el foco: o nos centramos en los hombres o no vamos a acabar con el problema. La violencia no es un problema de las mujeres, es un problema de los hombres, de estas masculinidades tóxicas que beben del sistema patriarcal. Otro reto sería que la población se concienciara de que el feminismo es una oportunidad para vivir en una sociedad más igualitaria, donde se respetan los derechos y donde todos ganamos, también los hombres. ¿Ha habido retrocesos? Ha habido un aumento del negacionismo, sobre todo entre los jóvenes, y esto es un problema mayúsculo. Con lo que ha costado visibilizar las violencias, nos encontramos con un pensamiento reaccionario que intenta minimizar y poner en duda los datos. Es muy preocupante porque no solo tiene que ver con posiciones de derechas. Algunas investigaciones dicen que está creciendo también entre los jóvenes de izquierda. Además, las resistencias del patriarcado se notan en la violencia que muchas mujeres experimentamos en las redes sociales. Comisión 8-M Ana Hernando: "Hoy ya se llama acoso a lo que algunos aún tildan de galantería" ¿Qué avances ha habido? Hemos vivido un cambio considerable. Ya no se normaliza que una mujer cobre menos por ser mujer o que los cuidados recaigan en nosotras. Prueba de ello es que las trabajadoras del hogar tienen derecho a paro. Y en violencia sexual muchas mujeres han dejado de vivirlo desde la culpa y ya no se permiten determinadas agresiones con las que ha habido mucha condescendencia. Hoy se llama claramente acoso a lo que algunos intentan llamar galantería. ¿Qué retos quedan pendientes? Muchísimos porque el camino es largo y la sociedad no avanza al mismo ritmo en su conjunto. Mientras sigan existiendo desigualdades y violencia machista, quedan retos pendientes. ¿Ha habido retrocesos? Hay un sector de la sociedad que se resiste y niega los avances. Por ejemplo, resulta llamativo que en 2023 se ponga en cuestión el derecho al aborto o una agresión sexual porque la víctima no ha sido apaleada. Hay que seguir gritando con fuera 'hermana yo si te creo'. Fundadora de Malasmadres Laura Baena: "Seguimos ocupando el lugar más invisible: los cuidados" ¿Cuáles son los avances en conciliación? Hemos conseguido llevar la conciliación a la agenda política. Los permisos igualitarios de paternidad y maternidad. La directiva europea de transparencia salarial. Y la ponencia de estudio sobre conciliación que hemos impulsado en el Senado y que va a ayudar a sensibilizar sobre este problema que es social y político, que no se soluciona de puertas para dentro. ¿Qué retos quedan pendientes? Es imposible conseguir la igualdad si las mujeres seguimos sufriendo la brecha salarial, si ocupamos los puestos precarios, si somos penalizadas laboralmente cuando llega la maternidad y si se entiende la conciliación como una renuncia. Las medidas de conciliación existentes son insuficientes porque son una trampa. En esta encrucijada necesitamos que se impliquen las empresas, las instituciones y la sociedad y presupuestos dignos porque el Plan Corresponsables [impulsado por Igualdad] no llega, y la ley de familias no ha cumplido las expectativas y genera frustración. ¿Ha habido retrocesos? El techo de cristal de la maternidad sigue siendo insalvable para la mayoría. Y seguimos ocupando el lugar más invisible: los cuidados, no reconocidos social y económicamente, con su carga mental, por lo que pagamos un alto coste emocional por conciliar como podemos. Y la situación empeoró con la pandemia. Secretaria de UGT Madrid y exdelegada de Igualdad Marina Prieto: "Las mujeres más precarias han sufrido más los retrocesos" ¿Cuáles son los avances en la economía? Quizás uno de los grandes avances en los últimos años es la reducción de la brecha salarial como consecuencia, en gran medida, del aumento del salario mínimo que estamos impulsando. Y la reforma laboral está siendo muy eficaz para reducir la temporalidad en favor de las mujeres trabajadoras. Tenemos que perseverar en esta dirección. ¿Qué retos quedan pendientes? Hoy nos enfrentamos a un proceso de cambio y transformación del mercado de trabajo que debe contar indudablemente con el talento femenino. Afrontar la revolución tecnológica, exigirá ajustar y potenciar las llamadas habilidades blandas, la formación durante toda la vida y la recualificación de los trabajadores. Estos cambios, que van a suponer la destrucción de empleos y la aparición de otros nuevos, exigen que nuestra sociedad apoye y promueva la empleabilidad de mujeres en los puestos de trabajo donde están infrarrepresentadas. ¿Ha habido retrocesos? La pandemia ha frenado avances en cuestiones de igualdad de género. Hemos podido constatar que quienes ya se encontraban en peor situación respecto al acceso y mantenimiento en el empleo han sufrido en mayor medida los retrocesos. Un reto para los años próximos es el de dignificar los trabajos sociosanitarios de cuidados mediante condiciones laborales adecuadas y salarios decentes, reconociendo el enorme valor que aportan a una sociedad cada vez más envejecida.

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