Joaquim Nadal: "Una buena FP de grado superior acredita más directamente para el trabajo que según qué grado universitario"

Alcalde de Girona durante 23 años y 'conseller' de Política Territorial y Obres Públicas entre de 2003 a 2010, Joaquim Nadal (Girona, 1948) regresó al Palau de la Generalitat el pasado octubre para ponerse al frente del Departament de Recerca i Universitats, mundo al que, pese a su intensa carrera política, el exsocialista lleva décadas ligado: es catedrático de Historia Contemporánea de la UAB desde 1987 y de la Universitat de Girona desde 1992 -Hubo unos años, no tan lejanos, en los que el ascensor social pareció funcionar, con una puerta de acceso clara: la universidad. Tras la crisis de 2009 ese ascensor se descalabró. El ministro Subirats asegura que el espíritu de la nueva ley de universidades (Losu) es avanzar hacia la universalidad para no cerrar esa puerta a nadie. ¿Cree que lo veremos?¿Se lo plantea como una meta? -Es evidente que por un principio básico de equidad no tiene que haber barreras económicas para acceder a la enseñanza universitaria. Siguiendo con tu argumento, el ascensor social debería funcionar para que no hubiera ninguna barrera de carácter económico, ya suficientes barreras de contexto social hay, a veces. Eso está claro y podría ser un objetivo deseable, pero la verdad es que no estamos en ese escenario. Estamos con unas tasas que hay quien cree muy bajas y quien cree muy altas. Los que creen que son muy bajas son aquellos que piensan en modelos más americanos, de que se tiene que pagar por lo que se recibe, y los que las creen demasiado altas piensan que un sistema público tendría que llegar a la gratuidad. -¿Estamos muy lejos de estar ahí? -No estamos ahí, pero se han ido creando por un lado topes para que no suban más y, por otro, criterios de rebaja sucesiva que obligan a compensar a las universidades. Hoy por hoy el Departament está pagando a las universidades un poco más de 90 millones para las rebajas de tasas, y, además, se van creando algunas rebajas de carácter sectorial, como la gratuidad de las matrículas para los alumnos de FP con matrícula de honor. Y hemos eliminado también el recargo a las segundas y terceras carreras, para avanzar hacia la educación a lo largo de toda la vida, la educación dual… Si hemos ido creando mecanismos hacia la gratuidad es que el sistema avanza hacia la gratuidad, no hay nada que decir. Pero la gratuidad no puede ser la excusa para no hacer aquello que se tiene que hacer. -¿Qué quiere decir? -Yo estoy a favor de la gratuidad de las matrículas universitarias, pero pongo por delante un imperativo moral y político que es que el sistema de investigación y de universidades de Catalunya debe tener recursos públicos suficientes como para rehabilitar el parque de edificios de las universidades, como para mejorar los utensilios científicos de los centros de investigación, como para ampliar el número de centros de investigación, mejorar la docencia, rebajar la precariedad… Si tenemos dinero para pagar todo eso, todo gratis, y las universidades serán compensadas. Pero, el pan para todos, mientras no se demuestre lo contrario, también es un regalo para los ricos. En los principios de la justicia y de la equidad, no estaría de más que pagara más quien más tiene. -Pero eso ya debería estar pasando vía impuestos, ¿no? -Intento aportar todos los elementos de complejidad. Si en frío me pregunta '¿gratuito o matrícula?' me hubiera quedado parado y no hubiera sabido qué contestar. -Ha dicho que gratuito... -Sí, pero he añadido muchas explicaciones. Uno, gratuito; dos, modelo de Estado del bienestar; tres, prestaciones de un servicio público de excelencia; cuatro recursos públicos para atender esos requerimientos. -Por mucho que se han tomado medidas, Catalunya sigue teniendo las matrículas más caras del Estado... -En el comparativo con otras comunidades, en el comparativo entre lo que cuesta un máster en Catalunya y lo que cuesta un máster en Perpinyà, sí, estudiar en Catalunya es caro. Es más barato hacer un máster en Perpinyà que en Lleida. -Se refería antes a algunas medidas ya introducidas en estos presupuestos, como acabar con la penalización al precio de las segundas titulaciones o la gratuidad de las matrículas de honor de la FP, pero otras de las medidas anunciadas en su hoja de ruta han quedado fuera, como la gratuidad para los hijos de familias monoparentales. ¿Cuándo prevé que podrá aplicarlas? -Tenemos un horizonte de uno o dos años y como mínimo otro presupuesto, a no ser que haya prórroga. Dentro de la legislatura tendría que ser posible. -Siguiendo con los precios y los presupuestos, no se recoge tampoco la retirada del castigo económico a la repetición de asignaturas, atípico en el conjunto de Europa y que penaliza a alumnos con pocos recursos. -De momento esta medida no está contemplada. Veremos si en el camino hacia la gratuidad esta es una medida de carácter parcial que puede ayudar. -La brecha de género es aún uno de los grandes males del mundo universitario. ¿Cuál es su plan concreto para acabar con el techo de cristal en la universidad? -La ley de la ciencia, que entró en vigor el 13 de enero establece cuatro estrategias, una de ellas de género, que define que en determinados órganos, y sin que cueste dinero, se tiene que llegar a la paridad absoluta. -Su foto junto a 12 rectores, todos señores, decía muchas cosas. -Decía lo que decía. Decía que a partir de un sesgo de género en los colectivos susceptibles de ser elegidos las comunidades universitarias en ese momento histórico concreto habían votado solo a hombres. Pero en pocas semanas habrá dos rectoras y empezaremos a revertir la situación. Aunque eso no alterado el hecho de que la proporción entre hombres catedráticos y mujeres catedráticas [personas con el rango suficiente como para ser elegidas rector] es de uno a tres. Son un 75% de hombres catedráticos, por lo que el universo de los elegibles ya condiciona muchísimo. -Y eso, ¿cómo se revierte? -Con medidas estructurales que decanten la balanza a favor de una mayor presencia de mujeres en todos esos colectivos. -¿Y cómo obligará a las universidades, instituciones autónomas, a introducir esas medidas? -¿Verdad que no eran obligatorias y han pasado a serlo, las listas paritarias en las elecciones? Yo he hecho seis elecciones como candidato de municipales en las que no tenía ninguna obligación de género; cero. La estrategia de género de la ley de la ciencia es de obligado cumplimento. -Hablemos de excelencia. España no tiene ninguna universidad en el top 10 de universidades mundiales. El rector de la UB señalaba que la fusión de universidades podría ser una puerta para entrar en esos ránkings. ¿Cómo lo vería? -En los ránkings mundiales las universidades catalanes están muy bien posicionadas, no están en el top, pero están muy bien. Es verdad que si se producen agrupaciones subes en el ránking: tres pequeños hacen uno mediano. Pero, ¿dónde está escrito que la dimensión garantice la excelencia real? -No lo ve, ¿entonces? -Es un camino posible. Por ejemplo, el sistema CERCA se calcula agrupadamente para toda Catalunya y dice que los 44 centros CERCA juntos están en el quinto puesto de los sistemas de investigación europeos. -En es misma línea de la fusión, hace pocos días el presidente de la Associació Catalana d’Universitats Públiques (ACUP) aseguraba que el futuro pasaba por la creación de grados interuniversitarios entre facultades de varios países. -El futuro tiene que pasar por muchas cosas. Grados interuniversitarios, sí; masters interuniversitarios, sí, que ya se puede, titulaciones transversales, también; titulaciones propias, también; incorporación de la FP a la universidad, también. Todo nos lleva a repensar la oferta universitaria en función de un hecho que es que la matrícula de estudiantes de entre 19 y 29 años bajará en los próximos años por razones demográficas. -¿La incorporación de la FP a la universidad forma parte de la estrategia para darle prestigio? -Aquí hemos cometido el error de considerar la FP la salida de aquellos que no pueden ir a la universidad. Si fuéramos capaces de demostrar aquello que es evidente, pero que a veces cuesta tanto de entender, que es que una buena FP de grado superior acredita más directamente para el trabajo que según qué título de grado universitario, la gente dejaría de mirar de reojo a la FP. ¿Hay demasiados titulados en yo qué sé? Seguro que sí. ¿Faltan expertos en telecomunicaciones o en aspectos vinculados a otras tecnologías que se pueden aprender desde un ciclo formativo? Seguro que faltan. ¿Encuentran más trabajo estos que según qué abogados? Sí.

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