La joven polaca Julia Faustyna Wendell sigue copando los titulares de medio mundo desde que hace una semana asegurara que podría ser Madeline McCann, la niña de tres años que desapareció en 2007 del apartamento de vacaciones de su familia en el pueblo portugués de Praia da Luz. La chica de 21 años defiende su teoría desde la cuenta de Instagram @iammadeleinemccann, que suma ya más de un millón de seguidores. La mujer no solo manifiesta que sus padres nunca le han querido hablar de su pasado y que se negaron a mostrarle su certificado de nacimiento, sino que sustenta su versión con el parecido físico que posee con la pequeña desaparecida y sus padres. En este sentido, muestra que tiene marcas de nacimiento similares a las de Madeleine, como un distintivo peculiar en un ojo, las pecas o un hoyuelo. Ahora también cobra trascendencia la teoría de la sonrisa.

La joven, que no aclara si su apellido es Wendell o Wandelt, ha publicado en las redes sociales varias imágenes suyas, pero en especial diferentes 'collages' a gran escala donde compara sus rasgos físicos con los de Kate y Gerry McCann, los padres de la niña. En esos recortes se centra en los ojos, ya que comparten el mismo defecto ocular congénito, la nariz y cualquier otra marca que coincida.

Las similitudes de las sonrisas no han pasado desapercibidas, sobre todo con las del progenitor. De esta manera pretende demostrar que es su hija. La atención mediática la está consiguiendo, ya que los programas de televisión y los titulares se recrean con su reivindicación. Hasta han salido peritos fisonomistas de debajo de las piedras para dar su opinión sobre el parecido físico de Julia Wendell y los McCann. Aunque la última palabra la tendrá la prueba de ADN que los padres de Madeleine han accedido a realizarse, según la joven polaca.