Encuesta de bienestar

El Govern preguntará a 4.000 catalanes si están satisfechos con sus vidas

  • Los resultados se utilizarán como indicadores "de país" para diseñar políticas públicas que mejoren la vida de la ciudadanía

La Rambla, a la altura de Canaletes, llena de gente paseando. / RICARD CUGAT

El Govern quiere conocer la sensación de bienestar de los catalanes y utilizar esa información como indicador de país para diseñar políticas públicas. Por ello, encuestará a 4.000 ciudadanos y les preguntará directamente sobre su nivel de satisfacción general con la vida. Así lo han explicado este miércoles la directora general de Análisis y Prospectiva, Beth Espinalt, y la científica titular en el Instituto de Análisis Económico del CSIC e investigadora en el ámbito del bienestar subjetivo, Ada Ferrer, durante la presentación del proyecto.

La encuesta preguntará a esa muestra aleatoria de 4.000 catalanes mayores de 18 años cómo están, cómo se sienten y qué factores contribuyen a su nivel de satisfacción con la vida. Los resultados del estudio servirán para ayudar a la Generalitat a diseñar políticas públicas que contribuyan a mejorar el bienestar de la ciudadanía, pero también se quiere obtener indicadores "de país" que otras instituciones y entidades puedan utilizar.

Espinalt ha señalado que el proyecto se inspira en otras herramientas similares que ya se utilizan en países como Reino Unido o Nueva Zelanda, pero ha asegurado que han intentado ir más allá de las preguntas socioeconómicas y reforzar los ámbitos de emociones y salud mental. Ha detallado que a diferencia de los estudios sobre condiciones de vida que utilizan indicadores socioeconómicos y de bienestar más genéricos, en este caso lo que se quiere es "captar" el bienestar "percibido". Por ejemplo, no se preguntará a los encuestados qué salario tienen, sino si llegan a final de mes.

Cuestionario de 40 minutos

El trabajo consta de tres fases: la primera es un estudio exhaustivo a través de un cuestionario en línea que combina preguntas cerradas comunes y preguntas abiertas sobre satisfacción, salud, pobreza, entorno, política o uso del tiempo, entre otros factores, y permitirá conocer las percepciones del bienestar personal. Este cuestionario, que requiere de 40 minutos para contestarlo, se repartirá a través de una empresa externa, una muestra que Espinalt ha definido como "robusta, teniendo en cuenta que es un estudio de observación" y si se tiene en cuenta que los estudios de opinión que se realizan en Catalunya suelen encuestar a entre 800 y 1.000 personas.

La muestra será representativa de la población catalana y equilibrada por lo que respecta a variables como territorio y sexo y se podría complementar con un sondeo presencial para ampliar la representación de determinados colectivos.

Esta primera fase, que se ha adjudicado a la empresa Netquest y tiene un coste de 45.000 euros, se iniciará en los próximos días y esperan que esté completa antes de verano. Los resultados permitirán tener una primera fotografía de cómo se siente la sociedad catalana.

La segunda fase analizará las respuestas del cuestionario y monitorizará la evolución de estos indicadores a través del tiempo y así podrán trasladarse, en la tercera fase, a una aplicación práctica en nuevas políticas. Para estos siguientes pasos, aún no han podido establecer un presupuesto exacto ni tampoco fechas concretas para su desarrollo.