Entrevista

"Perder un hijo duele infinitamente; si la causa es el Alvia, es una tortura añadida"

La madre de una de las víctimas del accidente de Alvia rompe nueve años de silencio para hablar sobre el juicio y el dolor de la ausencia de su hija

La trabajadora social viguesa Susana Garrido, en Ourense, donde trabaja.

Cuando la vida de Carolina Besada se apagó en un vagón del Alvia, no fue solo su destino el que se truncó. La pérdida de la joven, que murió con 18 años, ha marcado los últimos años de su familia, que formaban sus padres y cuatro hermanos, y que entonces vivían en Ourense. “Va por ti, mi niña”, tituló su madre, Susana Garrido, una carta dedicada a su hija y publicada en FARO DE VIGO, del grupo Prensa Ibérica, pocos días después del accidente. Ahora, esta trabajadora social viguesa rompe nueve años de silencio. Habla del juicio y de lo que no se lleva ante los tribunales: el dolor de una ausencia.–¿Cómo se vive el silencio de una pérdida a destiempo durante nueve años?