Un nuevo estilo de vida

Prats de Lluçanès, la prueba piloto frustrada de la reforma horaria

Este pequeño pueblo de Osona fue punta de lanza del cambio de hábitos en la sociedad, pero el proyecto se ha enfriado y a día de hoy no hay nada previsto ni hoja de ruta

Cuatro trabajadoras del Ayuntamiento de Prats de Lluçanès comen en dependencias municipales, en diciembre de 2016 / Marc Vila

En diciembre de 2016, este diario visitaba Prats de Lluçanès, a poco más de una hora de Barcelona, para conocer de primera mano cómo este pequeño municipio de Osona estaba aplicando las directrices de la reforma horaria. Era la zona cero del cambio de hábitos en Catalunya, con un alcalde, Isaac Peraire (ERC), muy en sintonía con el movimiento que entonces lideraba Fabian Mohedano, el principal profeta de la cosa a este lado de los Pirineos. El consistorio cambió de color (de Esquerra a Junts) y, lo más importante, llegó la pandemia que todo lo revolvió y todo lo excusó. Esa pequeña Galia adalid de la nueva organización social, económica, política, cultural y comercial dejó el invento en barbecho. Y ahí sigue. Dormitando. Como en el resto de un país que un día dijo que todo esto daría un vuelco en 2025.