Un problema de convivencia

Música a todo volumen: placer para unos, pesadilla para otros

  • Hay ayuntamientos que multan su uso, pero los altavoces inalámbricos son una estampa más del verano

  • En el transporte público es frecuente ver viajeros de cualquier edad que no usan auriculares, a pesar de la recomendación oficial de hacerlo

Una joven espera el autobús y se entretiene con un vídeo musical sin auriculares, la semana pasada en Madrid. / José Luis Roca

La música a todo volumen gracias a los altavoces inalámbricos -incluso acuáticos- es una estampa típicamente veraniega en playas y piscinas y ha desencadenado un serio problema de convivencia. Hay ayuntamientos que intentan zanjarlo, pero la solución no es fácil. La música es un "vehículo indispensable para la diversión" y es, además, un elemento que define generacionalmente lo joven. En autobuses y trenes también es frecuente ver a pasajeros de cualquier edad escuchando música, vídeos o mensajes de voz a todo volumen a pesar de la recomendación oficial de usar auriculares para no molestar.