Incendios

El fuego se ceba con los pueblos despoblados: "No hay forma de levantar cabeza"

Alcaldes y vecinos temen que iniciativas como la de la Ruta 99 "se derrumben" al devorar el incendio los parajes naturales

Un avión descarga sobre el frente de fuego que amenazaba Tollos. / Epi_rc_es

Un futuro de ceniza. Un maldito rayo ha partido en dos las iniciativas para recuperar la vida en los pueblos más castigados por la despoblación en la Marina Alta y el Comtat. El incendio se ha cebado con una geografía preciosa, pero vaciada. Alcaldes y vecinos alertan de que el paisaje ennegrecido puede dar al traste con impulsos tan positivos e ilusionantes como el de la Ruta 99, que pone en el mapa los pueblos con menos de cien habitantes. Las llamas han castigado precisamente a municipios como Famorca y Tollos, que forman parte de esos núcleos que no llegan al centenar de vecinos, y a otros como la Fageca o Benimassot que superan esa frontera demográfica por muy poco. Mientras, la Vall d’Ebo, la Vall d’Alcalà o la Vall de Gallinera sí rebasan de forma holgada los cien vecinos, pero en los últimos años han perdido población y quieren revertir esa tendencia y lograr el gran reto de atraer a familias jóvenes. De hecho, el Ayuntamiento de la Vall d’Ebo ha lanzado alquileres a 150 euros y posibilidad de engancharse a la fibra óptica y poder teletrabajar para que parejas con niños acudan al pueblo y poder así reabrir la escuela, que lleva unos años cerrada. Los colegios son el corazón de estos pequeños pueblos.