Persecución penal

Incendios forestales: pocas condenas para tantas llamas

  • Agentes forestales, colectivos ecologistas y representantes políticos claman contra la "impunidad" de los delitos de fuego provocado

Urbanización River Park del Pont de Vilomara muy afectada por el incendio forestal que empezó el pasado domingo en el Pont de Vilomara (Bages) En la foto, Jordi Vilalta, se le ha quemado toda la casa y se ha quedado en la calle con sus cuatro perros. Un amigo le ha regalado una caravana, dónde pasará las noches con los animales. / FERRAN NADEU

Los agentes forestales tenían fundadas sospechas de quién estaba quemando un espacio protegido en Tudela (Navarra), pero hasta ese momento no lo habían podido probar, así que decidieron seguirlo de cerca. Una noche de hace un par de años, en plena pandemia, el presunto incendiario se subió a su coche y se fue al monte. Una pareja de agentes lo siguió. El hombre, un ganadero, se bajó del vehículo, dejó las luces encendidas y fue caminando hasta un pequeño barranco. Todo empezó a arder en pocos segundos. Los forestales no suelen llevar a cabo detenciones, y lo prioritario en ese momento era atajar las llamas, cosa que hicieron. Pero cuando todo terminó redactaron un atestado, que formó parte de un juicio. El desenlace del caso parecía cantado. El incendiario había sido pillando en plena faena. Y sin embargo, el juez lo absolvió, al considerar que aquello no era suficiente prueba para concluir qué él había provocado el fuego.