Con la consolidación de las nuevas variantes de ómicron como las dominantes en la propagación de la séptima ola del coronavirus y ante el relajamiento de las medidas de vigilancia en buena parte de los países, la delegación europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) augura un otoño e invierno complicados.

A esta consideración debe sumarse la variación de los síntomas más habituales que presentan los afectados y que en las últimas semanas están registrando un aumento significativo de la disnea, que despierta la preocupación de las autoridades sanitarias.

La disnea es la sensación de falta de aire o la dificultad para respirar, un síntoma calificado como “serio” por la propia OMS, con similar consideración al dolor en el pecho, el aturdimiento y los problemas de coordinación para la movilidad y el habla que también pueden presentarse con el covid. En todos esos casos se recomienda acudir a un centro sanitario con celeridad.

Otro síntoma que se está presentando con frecuencia en los positivos de las últimas semanas es uno que no genera dicha preocupación entre la OMS: la coriza o rinitis aguda, trastorno que afecta a la mucosa nasal y que causa estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y, en ocasiones, falta de olfato.