La sarna humana (también conocida como escabiosis en la piel o scabies en inglés) se cura con pastillas o cremas medicadas que matan los ácaros y los huevos. Para obtener los medicamentos necesitas una receta médica.

Uno de estos medicamentos es la ivermectina, un antiparasitario disponible en España desde el año 2021 para el tratamiento -por vía oral- de la sarna sarcóptica y otras parasitosis.

La sarna o escabiosis, es una infestación cutánea causada por el artrópodo Sarcoptes scabiei variedad hominis, que presenta una elevada prevalencia a nivel mundial. Es más frecuente en niños pequeños y suele asociarse a situaciones de hacinamiento, pobreza o falta de higiene; pero puede afectar a personas de todas las edades y de cualquier condición socioeconómica. En los últimos años se ha incrementado su prevalencia en los países desarrollados, posiblemente por: el aumento de población inmunocomprometida, ancianos que requieren asistencia, migrantes y refugiados, y grupos de riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Es muy contagiosa y se transmite principalmente por contacto directo, estrecho y prolongado (diseminación intrafamiliar y transmisión sexual); y, en menor medida, a través de fómites. La morbimortalidad asociada a la sarna está aumentando, debido a las complicaciones y sobreinfecciones bacterianas por Streptococcus y Staphylococcus aureus, que pueden producir impétigo, celulitis, abscesos, linfadenopatía, glomerulonefritis, fiebre reumática o sepsis.

La sarna clásica se caracteriza principalmente por una erupción intensamente pruriginosa (sobre todo por la noche) con pequeñas pápulas, a menudo excoriadas, en los dedos, las muñecas, las axilas, las areolas, la cintura, los genitales y las nalgas. La sarna costrosa (también llamada sarna noruega) es una variante clínica menos común, que se presenta generalmente con placas escamosas, costrosas y fisuradas y ocurre principalmente en personas inmunodeprimidas.

Para curar la sarna humana, además de tomar el medicamento, hay que lavar o limpiar en seco toda la ropa de cama y toallas. También limpiar en seco o lavar bien la ropa que se uso. Hay que lavar todo con agua lo más caliente posible y secarlo a temperatura alta durante al menos 20 minutos.