Reforma de la ley de extranjería

La felicidad en el camión de la basura: un millar de 'menas' ya trabajan legalmente

  • Dos jóvenes migrantes que dejaron África en la niñez encuentran empleo en los servicios de limpieza del Maresme gracias a la reforma de la ley de extranjería

  • La Federación Estatal de Pisos Asistidos para jóvenes extutelados pide ayudas y recursos para los cientos de chicos sin hogar que se "perdieron" sin ayudas

Asil Harbuli trabaja en una empresa de recogida de residuos de Mataró desde hace un mes. / RICARD CUGAT

Está nervioso. Este mayo cobrará su primera nómina. Assil Harbuli huyó de Alcazarquivir (Marruecos) cuando tenía 15 años. Salió en una patera siendo un adolescente y sobrevivió al terror de la negra noche en el estrecho de Gibraltar sin saber nadar. "Yo vine aquí para ayudar a mi familia, para trabajar... no para robar ni para drogarme", insiste hoy el chico que ya ha cumplido los 19. Lo mismo que dice Baubacar Canteh, un joven gambiano de 20 años que emprendió una ruta migratoria de tres años durante la que fue sometido al esclavismo más salvaje. Harbuli y Canteh ahora montan en un camión de la basura ocho horas diarias. Un empleo que les ha devuelto la sonrisa. Son dos de los casi mil jóvenes migrantes que, según datos de la Federación Estatal de Pisos Asistidos, se han beneficiado de la reforma del decreto de la ley de extranjería para acceder a un permiso de trabajo. Sin embargo, la entidad insiste en que hay cientos de chicos sin hogar a los que se les niega esta oportunidad y pide fondos para atenderles.