Espacio verde de Barcelona

La Gran Clariana comienza la reconquista de Glòries, la plaza maldita de Cerdà

  • Con más de siglo y medio de retraso, este espacio comienza a ser lo que debía: un pulmón que conecta barrios y alivia a familias acosadas por los coches

Domingo en la Clariana de Glòries. / Àngel García

La abuela de Mireia Pons se instaló junto a la plaza de Glòries de Barcelona poco después de la Guerra Civil. Ya entonces aquel espacio llevaba décadas postergando una revitalización prometida desde que Ildefons Cerdà la pensara como el centro más lógico del mapa de la capital catalana, en 1859. “Pero mi abuela murió sin que Glòries fuera otra cosa que un espacio conquistado por los coches y una frontera que, para mi madre, convirtió los barrios del otro lado, como Poblenou, en lugares lejanos que nunca pisaba”, explica Pons, historiadora y guía de la ciudad en 'Passejant per Barcelona' que cuenta el pasado de Glòries en rutas organizadas por La Farinera del Clot.