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La obsesión millennial por la crisis de los 30: cuando la vida adulta es un espejismo

  • Cómics, novelas, series y películas abordan las falsas expectativas de una generación a la que la precariedad laboral y la vivienda han lastrado la independencia y han abocado a un vértigo que cuesta superar

Una escena de ’La peor persona del mundo’.

Al cumplir los 30 se supera una barrera imaginaria que implica asentar la cabeza. Si la primera parte de la década de los 20 está para experimentar y equivocarse, los cánones sociales marcan que la treintena es sinónimo de trabajo estable, casa y pareja formal. Hay treintañeros que poseen el 'pack' completo y otros tantos que ni lo tienen ni lo esperan. Igual ni siquiera las metas vitales están claras o, asfixiados por la precariedad, no aspiran a alcanzarlas. Una incertidumbre que deriva en un choque entre las expectativas sociales y su realidad. Y eso da paso a la llamada crisis de los 30