Aunque la ley española contra el cambio climático no lo prevé, Catalunya ha apostado por dar un paso más allá y ampliar a los municipios de más de 20.000 habitantes las restricciones de movilidad a los vehículos más contaminantes. Así, mientras la normativa estatal habla del establecimiento de zonas de bajas emisiones (ZBE) en ciudades de más de 50.000 habitantes y aquellas de más de 20.000 que superen los niveles máximos recomendados para la salud humana, el compromiso adquirido este viernes en la tercera cumbre catalana por la calidad del aire es el de que sean todas las poblaciones de ese tamaño las que fijen ZBE, como la que ya funciona en Barcelona desde hace dos años, sean cuales sean sus índices de contaminación atmosférica.
La medida afecta a un total de 67 poblaciones, que forman una gran corona alrededor de Barcelona (incluidos las localidades costeras del Baix Llobregat y el Garraf), pero también en el área del Vallès Occidental-Maresme y en el Camp de Tarragona. Otros puntos, ya más aislados, son los dos grandes municipios del Ebro (Amposta y Tortosa), la conurbación de Girona y la ciudad de Lleida, además de las principales capitales de la Catalunya Central (Vic, Manlleu, Manresa, Igualada, Valls y Vilafranca del Penedès, entre otros).
El compromiso firmado este viernes en un acto oficial en el Palau de Pedralbes de Barcelona es que dentro de tres años, todos ellos hayan fijado las bases y empezado ya a desplegar los criterios de estas nuevas ZBE.