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El día que Elon Musk perdió un satélite en Asturias: desintegrado en el Cantábrico

El Starlink, puesto en órbita por la empresa del magnate sudafricano, se precipita como una gran bola de fuego

Una combinación de múltiples exposiciones en una sola foto muestra el rastro en el cielo del satélite SpaceX Starlink, a su paso por Herrnleis (Austria). / EFE / CHRISTIAN BRUNA

Una gran bola de fuego surcó el cielo el pasado domingo. Hacia la media noche su rastro se perdió definitivamente en el mar Cantábrico. El Instituto de Astrofísica de Andalucía había seguido su trayectoria desde el norte de Marruecos, a través de la Península, de Sur a Norte hasta Asturias, donde desapareció en el mar. Sara tuvo oportunidad de contemplar el objeto cuando ya se había dividido en varios fragmentos, entre las localidades de Bayo y La Tejera, cuando iba en coche de camino a Grado. Era poco más allá de las once de la noche y ella y la amiga que la acompañaba pararon al margen de la carretera a contemplar aquellas seis bolas de fuego, a las que Sara se refiere como “una de las cosas más bellas que he visto nunca”. Las veían muy cerca y parecía que iban a caer sobre Grado. Sobrecogidas, pensaron primero en un meteorito, hasta temieron que hubiera llegado el Apocalipsis y luego, cuando las luces se desvanecieron, contactando a través de las redes sociales con un grupo de expertos, descubrieron que se trataba de un satélite de comunicaciones, un Starlink de 260 kilos que la compañía SpaceX, fundada por el magnate sudafricano Elon Musk, y puesto en órbita el 24 de enero de 2020.