"Es oír la palabra llave... y ponerme a llorar", se sincera Maribel Tejeda, una mujer de 52 años que hace un mes y medio fue desahuciada del piso que había comprado en 2007. Ahora está en lista de espera para acceder a una vivienda social de emergencia. "¿Cómo lo haré para aguantar tres años así?", se pregunta, desde una habitación compartida en el barrio del Raval de Barcelona. Como ella, las entidades sociales en Catalunya se desesperan ante la falta de vivienda pública para los más vulnerables. La Taula d'Entitats del Tercer Sector y la Coordinadora de Fundacions d'Habitatge Social aseguran que necesitan 1.403 viviendas públicas para sus usuarios, el 64% más que hace cinco años. "Es imprescindible un crecimiento de la vivienda pública", ha insistido Carme Trilla, presidenta de Hàbitat3.
El drama de la vivienda
Las entidades sociales cifran en 1.403 los pisos que faltan para familias vulnerables
Personas desahuciadas, con discapacidad o mujeres víctimas de violencia de género tienen imposible pagarse una vivienda y están en espera de un alquiler social
La necesidad de techo de las oenegés catalanas ha crecido un 64% en los últimos 15 años
Maribel /
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