Javier Mejía no salió huyendo de la guerra, sino de la paz. Tras años de crispados debates por las negociaciones entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, de un plebiscito sobre el acuerdo de paz que ganó el ‘no’ y de las multitudinarias marchas de partidarios y detractores del pacto, Javier decidió poner tierra por medio, harto de la polarización, de las discusiones en el trabajo y de las presiones para tomar partido. Aceptó la oferta de una escuela de teatro y danza de Barcelona y aterrizó en la ciudad justo en vísperas del referéndum del 1 de octubre. No tenía ni idea de lo que se avecinaba.
nueva vida en el carmel
Ulises en Barcelona: el duelo migratorio de Javier Mejía
El bailarín colombiano describe su vivencia en un espectáculo de danza
El miedo, la incertidumbre, la soledad y la culpa son algunas emociones ligadas al llamado síndrome de Ulises
Javier Mejía desafía a la gravedad en la escuela Yerakhavets Ballet Academy, donde trabaja. /
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