Erupción en La Palma

Cuando la fe apaga volcanes

  • Las letanías se han repetido a lo largo de siglos con ocasión de hambrunas, sequías, plagas de langosta, epidemias, lluvias...

Procesión de la Virgen de Las Nieves para que pare el volcán de La Palma. / LP/DLP

En unos tiempos donde la ciencia parece haberse convertido en la nueva religión, y más allá del vuelo continuo de drones, del monitoreo al segundo, el seguimiento vía satélite de la erupción y esa legión de vulcanólogos, sismólogos, geólogos, etc. al pie de las coladas, el pasado 19 de septiembre, cuando se cumplía un mes desde que reventara el volcán en Cumbre Vieja, las imágenes de las vírgenes de Las Nieves, El Pino y Las Angustias acogían en sus respectivos templos una misa rogativa por el cese del desolador fenómeno natural, a la que siguieron unas breves procesiones. «Pedimos al Señor que aplaque este volcán para que no haga más daño, dé fortaleza y nos impulse a cada uno al compromiso para minimizar sus efectos», proclamaba en su homilía el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez. Estos actos se sumaron a la vigilia que ya había tenido lugar, el 11 de octubre, frente a la parroquia de la Sagrada Familia, en Tajuya.