Sismicidad

Volcanes que dejaron huella: El Krakatoa, en Indonesia

  • El penacho de humo alcanzó los 80 kilómetros de altitud y las cenizas cubrieron unos 700.000 kilómetros cuadrados, una superficie superior a la Península Ibérica

  • Cinco explosiones cataclísmicas se escucharon a más de 4.000 kilómetros, y violentos tsunamis azotaron después la costa cobrándose unos 38.000 muertos

El Krakatoa en erupción. Imagen de la época.

Nuestra última comida en Medan capital de Sumatra, una ciudad que no me ha gustado, pero donde he estado solo tres días con excursiones diarias y de la que no me atrevo a dar un juicio definitivo, la hacemos en un restaurante que nos han recomendado en el hotel como de comida ‘típica’. No nos entendimos bien con el camarero que nos ha servido una sopa de ¡ojos de carnero! Creí que aquellas dos bolas blancas que flotaban en el plato sobre un caldo amarillento eran huevos de codorniz escalfados, pero al intentar comerlos no tenían la textura adecuada y vimos, al cortarlos, que eran lo que dije: ojos de carnero o de algún animal parecido en tamaño. Ninguno de mis acompañantes se los ha comido y el segundo plato también lo hemos visto con cierta repugnancia. Era la carne del carnero al que aplicaron el mismo tormento con que los reyes godos castigaron al padre de don Pelayo: sacarle los ojos. Espero que en este caso haya sido post mortem.