ESCENARIOS NUEVOS

De compras sin peajes: cuando los únicos tíckets son los que se quedan al fondo de las bolsas

  • La mucha -como cada fin de semana- clientela del centro comercial La Roca Village, situado en uno de los peajes más famosos de la AP-7, recibe la eliminación de la barrera entre la celebración y la indiferencia

Ambiente en el centro comercial la Roca Village esta mañana / ANNA MAS TALENS (EPC)

El 20 de marzo de 2021, momento en el que se celebraba el primer año de pandemia, la bajada de la tercera ola llevó a las autoridades a levantar el confinamiento comarcal. Para narrar ese primer sábado de fronteras abiertas en la dura ciudad -y tras el colapso vivido en el Montseny en octubre, tras la anterior apertura- este diario subió de nuevo al parque natural a ver y explicar lo que allí sucedía. La sorpresa, estupefacción propia del foráneo que se llevó el redactor barcelonés de este diario que cubrió la jornada, fue encontrar colas mayores en la salida 12 de la autopista -la que, acompañada del pictograma de un paquete de regalo te indica que llegas a un ‘sector comercial’- que en la salida 11, la que va para el Montseny. Esa suerte de ‘Poble Espanyol de las compras’, este centro comercial al aire libre especializado en ‘outlets’ de tiendas de ropa caras que es La Roca Village y que situó esta pequeña localidad del Vallès en el mapa, hasta el momento conocida por acoger la cárcel de Quatre Camins y por su mítico peaje, motivo por el que este sábado este diario ha vuelto al lugar de los hechos. El primer sábado de La Roca sin (colas en el) peaje.El levantamiento del peaje fue el miércoles, pero hacía ya algunos días que la nueva señalización estaba colocada. Unas señales tapadas con cartones junto a cada uno de los accesos, cuyo contenido en ese momento aún no se podía leer y los conductores jugaban a adivinar. “No paren” y el símbolo de prohibido circular a más de 30 kilómetros por hora, es lo que ya lee en ellos. Cruzar este sábado el peaje de La Roca se antoja casi como pasar bajo un gran fósil. Un esqueleto antiquísimo y olvidado. Los restos de un pasado que parece remoto aunque haga literalmente cuatro días. Es sábado, pasan pocos minutos de las 10 de la mañana y la autopista va llena en ambas direcciones, aunque bastante más dirección Girona. La C-35, aunque también tiene tráfico -es el penúltimo fin de semana de vacaciones escolares y uno de los últimos de un verano que aún hay que acabar de exprimir- se nota algo menos congestionada que sábados anteriores, para alivio de los muchos ciclistas aficionados que la frecuentan.