Sin hogar en la ola de calor: "Es como llevar un elefante a cuestas"

  • Las personas sin hogar carecen de espacios para poder aguantar los embates de la ola de calor

  • La fundación Arrels advierte, además, de los problemas que sufren aquellos con enfermedades respiratorias

Eugenio, un hombre sin hogar de 63 años, que afronta con resignación la ola de calor / Jordi Otix

Cierren puertas y ventanas y enciendan el ventilador o el aire condicionado. Beban mucha agua. No estén en la calle en las horas de más sol. Estos son los consejos que repiten las autoridades a los ciudadanos ante la ola de calor que estamos atravesando. La peor en los últimos 18 años. Unos consejos que las personas sin hogar, cerca de un millar en la ciudad de Barcelona pero presentes en toda la geografía catalana, no pueden cumplir. No tienen casa, ni ventilador y mucho menos aire acondicionado. Solo les queda hidratarse con el agua de las fuentes públicas, que arde. Muchos se resignan o intentan olvidarse de todo, mientras las entidades que les atienden ven con tristeza algo que ya saben: que vivir en la calle acorta la esperanza de vida. Y mata.