Polémica por la restricción desigual

Alcaldes imploran el toque de queda para frenar los botellones y el incivismo

  • Localidades que quedaron fuera de la norma y que limitan con otras que sí confinan a sus vecinos afrontan aglomeraciones nocturnas

  • Regidores del Baix Empordà alertan de que este fin de semana coincidirán grandes concentraciones con la ola de calor y la alerta por incendios

Un grupo de jovenes hace botellón en el paseo maritimo de Sant Antoni de Calonge durante la madrugada de este jueves. / David Aparicio (EPC)

La paradoja es considerable. Una localidad mejora sus datos sobre la pandemia del coronavirus y ve cómo se reduce su incidencia. Y por debajo de un nivel determinado, 250 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días, recibe como ‘premio’ que se anule en su término municipal el toque de queda que dicta la Generalitat. Un confinamiento domiciliario de una a seis de la madrugada, obligatorio si la cifra alcanza esos 250 casos; antes eran 400. Aunque a primera vista suene positivo, perder el toque de queda complica la vida de muchos alcaldes de una forma tremenda.