CAMBIO DE HÁBITOS

El fin del estado de alarma abre la puerta a un oportuno salto social

Las restricciones nos han obligado a mirar más el reloj y a reordenar nuestras rutinas, una oportunidad, dicen los expertos, para llevar un ritmo de vida más saludable

Celebración del fin del estado de alarma en el paseo de Lluis Companys. / Manu Mitru

Hay muros muy difíciles de franquear. El de los hábitos y las costumbres, por ejemplo. El estado de alarma obligó a la ciudadanía a reorganizar sus vidas, lo que incluía, y ahí está la clave, ciertas renuncias vinculadas al horario y los cierres perimetrales. Nos hemos acostumbrado a vivir mirando el reloj. Y ahora que decae la restricción, ¿qué lecciones nos dejan estos seis meses de estrecheces sociales? ¿Vamos a volver a las prácticas de siempre o empezaremos a integrar retales de un uso más racional de las 24 horas del día? Una cosa está clara: a pesar de estos tiempos tan aciagos, lo que se viene es una oportunidad.