Tiene seis nietos, pero solo conoce a tres de ellos. Hace más de 10 años que no ve a sus hijos y el resto de parientes ya ha fallecido. "Solo me queda un primo, pero vive muy lejos", explica. Cuando Maria Lluïsa Julià se vio sola en un piso en Lleida se le vino el mundo abajo. "Me tomé 10 o 12 pastillas para acabar con todo", recuerda. Una vecina la salvó. Y desde entonces dice que ha asumido que la soledad es su compañera. Sabe que hay gente que la aprecia y el amor por la fotografía le ha devuelto las ganas de vivir. Pero lamenta que otros tengan menos suerte. "Hay montañas de viejos solos en este país", insiste.
El problema de la vejez
"Te sientes tan sola que te quieres morir"
Maria Lluïsa Julià es una de las miles de personas mayores que viven y se sienten solas. A pocos días de cumplir los 70, admite que un día quiso "acabar con todo" y lamenta que la sociedad actual no se preocupa de las personas mayores como antes
Maria Lluisa Julià, en el piso de Lleida donde vive, el pasado martes. /
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