muertes en residencias

"No hubo tiempo ni para darles la mano al morir"

Un año después de la masacre del coronavirus en los geriátricos catalanes, los trabajadores de los centros con más defunciones se sinceran. Les cuesta dormir y acumulan ataques de ansiedad tras "el terror" de los ancianos que fallecían sin apenas tratamiento médico ni el abrazo de sus familiares.

Los servicios funerarios retiran un ataúd de una residencia de ancianos, en marzo de 2020. / DAVID CASTRO

La pandemia del coronavirus arrasó en los geriátricos de Catalunya. Algunas fuentes indican que allí se han registrado la mitad de las muertes por covid. Los cuidadores, que sobreviven con sueldos que no llegan a los mil euros al mes y con jornadas de casi 12 horas, fueron los únicos que vieron aquel terror. Las ambulancias llegaban a cuentagotas y los cuerpos se acumulaban esperando la funeraria. "No teníamos tiempo ni para darles la mano al morirse, había que priorizar", señala una gerocultora de uno de los mayores centros de Barcelona que prefiere no revelar su nombre. "Yo aún tengo pesadillas con aquellas caras de terror", agrega otra de un centro concertado de la provincia de Tarragona.