Prohibido besar y tocar la talla

Largas colas en el centro de Madrid para venerar al Cristo de Medinaceli

Miles de personas acuden a venerar la imagen que, como el año pasado, se hace sin el besapié por el coronavirus

Largas colas de feligreses llegan a la Basílica de Jesús de Medinaceli, este viernes. / Europa Press / Eduardo Parra

Miles de personas han hecho cola desde primera hora de la mañana de este viernes para venerar la imagen del Cristo de Medinaceli de Madrid. En esta ocasión, como en la vez anterior, se ha hecho sin el besapié de la talla del Cristo para cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias destinadas a prevenir el contagio por coronavirus.

Decenas de personas ya guardaban fila cuando ha abierto sus puertas a las seis de la madrugada la Basílica de Jesús de Medinaceli, que ha seguido abierta solo hasta las diez de la noche y no hasta bien entrada la madrugada como es habitual, para cumplir con el toque de queda.

Dos colas se han organizado a la entrada del templo, una para asistir a alguna de las misas programadas y otra mucho más numerosa que serpenteaba por las calles y llegaba a la plaza de Neptuno.

El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ha sido uno de los madrileños (más de 200.000 hasta primeras horas de la tarde, según la cadena pública Telemadrid) que han visitado este viernes la iglesia, que no ha contado este año con la presencia de ningún miembro de la familia real -el año pasado asistió la reina Sofía-, como suele ocurrir cada primer viernes del mes de marzo.

Prohibido besar y tocar la talla

Algunos fieles mostraban su resignación por no poder besar ni tocar la talla. "Hay que resignarse y hacer las cosas tal y como vienen", ha dicho a Efe un hombre que estaba en la fila y que lleva un lustro acudiendo a la cita.

Cola en el interior de la Basílica de Jesús de Medinaceli para visitar la talla, este viernes.

/ Efe / Juan Carlos Hidalgo

"Con respeto, pero no miedo [al coronavirus]. Mascarilla y guardando espacios. No podemos hacer otra cosa", ha añadido.

Una mujer que acude a venerar al Cristo desde hace 50 años se felicitaba por "lo rapidito" que había ido la cola a las puertas de la basílica. "No me ha llevado ni media hora. Se nota la diferencia este año", ha indicado.

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