"Lacra" en Rodalies

Renfe y la improbable 'pax romana' con los grafiteros

La empresa ironiza con la posibilidad de los que los vándalos cuelguen el espray y se presten a limpiar los convois

  • La compañía gastó 6,5 millones de euros en el 2020 en la limpieza de trenes

  • Cada convoi resultó vandalizado siete veces durante el año y el 80% circulan pintados

Un tren con grafitis en la estación de la Sagrera. / ALVARO MONGE

Como no hay manera, como no dan con la tecla para terminar con el conflicto, en Renfe echan mano de la ironía, porque total, no parece que vaya a cambiar nada con el nuevo año. La compañía ha mandado este martes una nota de prensa en la que asegura que los grafiteros han decidido colgar los espráis y echar una mano en la limpieza de los trenes de Catalunya. Sería maravilloso, pero no es más que un grito desesperado ante una situación que tiene a la empresa hasta el gorro: el 80% de los convois circulan con los laterales y el frontal garabateados y el coste de lavarlos ascendió en el 2020 a 6,5 millones de euros.

A pesar de la pandemia, de las estrecheces del confinamiento y las restricciones, este colectivo pinceló, entre enero y diciembre, el equivalente a 68.000 metros cuadrados. Cada tren se pintó una media de siete veces y Rodalies interpuso más de mil denuncias en los últimos 12 meses. "En un acto de altruismo, solidaridad y empatía, el colectivo grafitero se ha ofrecido a Renfe para limpiar las pintadas. A cara descubierta y de día, han pedido disculpas a todos los ciudadanos que pagan sus actos vandálicos y a los viajeros que sufren sus gamberradas", reza el comunicado. Para aclarar poco después: "Desafortunadamente, toda la información anterior no se la cree nadie".

Frontal de un Rodalies impracticable para un maquinista

/ Renfe

La afectación no se limita a una cuestión estética que deriva en un dinero para asear el parque móvil. Los viajeros, denuncia la empresa, padecen un "efecto túnel" cuando van en el interior de vagones cuyas ventanas están repletas de grafitis que no permiten ver el exterior. Sucede lo mismo a menudo con el maquinista, que al amanecer se encuentra con el cristal frontal lleno de espray. En ese caso, la prudencia, por aquello de poder ver por dónde vas, obliga a dejar el tren en el taller, lo que genera un cierto trasiego logístico. Podría pensarse que la redada del pasado mes de noviembre, en la que la Policía Nacional, en colaboración con Mossos d'Esquadra, detuvo a 99 grafiteros a los que responsabiliza de daños en el metro y el tren por valor de 22 millones de euros, tendría un efecto de recogimiento en este colectivo. Renfe admite que así fue durante los días siguiente a la operación, pero asegura que a las pocas semanas se recuperó el ritmo habitual de asaltos en las vías. Cabría preguntarse, sin embargo, si Renfe podría echar el resto en materia de seguridad y reforzar los accesos para dificultar las incursiones nocturnas.

Grafiteros difunden vídeos de sus pintadas en el metro y los trenes de Barcelona. / VÍDEO: EUROPA PRESS / POLICÍA NACIONAL

Tal y como se señaló entonces, Catalunya se lleva la palma en materia de grafitis en el transporte público. Según cifras de Renfe, casi la mitad de los trenes que circulan con grafitis en todo el Estado están a este lado del Ebro. Al parecer, y según el testimonio de los grafiteros, aquí es más fácil actuar. La Policía revisó las denuncias presentadas por trenes vandalizados por la acción de grafiteros en los últimos años y comprobó que, desde el 2017, el 48% del total atañían a episodios ocurridos en Catalunya: 4.981 interpuestas por Renfe y 1.850, por TMB, operadora del metro. En total, existían 6.741 denuncias que habían sido recogidas por 31 juzgados distintos –con las de este 2020, la cifra asciende a más 8.000–. Es decir, nadie estaba instruyendo el fenómeno como un problema conjunto sino como hechos aislados. Revisando el monto de demandas, los investigadores lograron identificar a 90 sospechosos, responsables de más de mil pintadas (602 en trenes de Renfe y 438 en el Metro). "El proceso de identificación se llevó a cabo sobre todo a través de las redes sociales", aclara el intendente de los Mossos, Antoni Vergés.

Ironía como terapia

No es la primera vez que Renfe Catalunya recurre a la ironía para informar sobre los grafiteros. Ni la segunda. Se estrenaron en el género en diciembre del 2018, con una nota de prensa que daba cuenta de la puesta en circulación de un tren sin grafitis. "En el momento de escribir esta información todavía no había sido pintado", concretaba la compañía. Por aquel entonces, el 87% de los trenes circulaban con dibujos, así que no era una afirmación para nada baladí. En el 2018 fueron ocho los millones destinados a la limpieza, dos los millones de clientes que sufrieron retrasos derivados de la vandalización de trenes y 1.759 las denuncias presentadas ante los Mossos.

En el 2018 se ironizó con la puesta en circulación de un tren sin grafitis. "En el momento de escribir esto todavía no había sido pintado", rezaba la empresa

Para el balance del 2019, la empresa usó una figura infalible: el cuñado. El titular de la nota de prensa -'Renfe requirió la ayuda de Mossos y Protecció Civil para rescatar a una persona en la estación de Plaça Catalunya'- daba cuenta del caso de un hipotético viajero al que su familiar, durante una comida navideña, había invitado a coger el primer tren que pasara sin grafitis. Tras presentar síntomas de agotamiento, y después de un infructuosa espera, tuvo que ser salvado por la autoridad. Durante ese año, cada tren fue pintado en 10 ocasiones. Nos plantamos en el 2021, donde se ha mantenido el tono con una falsa 'pax romana' con un colectivo que no cesa en su empeño de dañar la red ferroviaria de transporte público.

La puerta grafiteada de un tren que acabó expuesta en ARCO

/ Renfe

Para dar visibilidad al vandalismo, la empresa colocó la puerta de un tren en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid bajo el título "la obra más cara de ARCO". Sin duda lo era, puesto que hacía referencia a los 15 millones de euros que Renfe gastó en toda España en la limpieza de trenes asaltados. Tal y como definía Renfe, es una pieza que ya está pagada. Entre todos.