Duerme con la luz encendida por miedo. Apenas duerme, en realidad. El miedo puede más que el sueño. Carmen se pasa el día encerrada en casa, conectada a una máquina de oxígeno. “Si hay un corte estando todo a oscuras no me enteraría y podría ahogarme”, explica con un hilo de voz. “Esto no es vida”, repite. Tiene una bombona con autonomía para algunas horas para estos casos, pero no la fuerza necesaria para cambiarla. Cada vez que se va la luz, algo que sucede con demasiada frecuencia, llama a su único hijo, que vive justo debajo, para que suba a cambiarla. El temor de Carmen Viario es fundado. Desde el pasado 5 de diciembre esta mujer enferma y viuda, vecina de Barcelona, ha sufrido numerosos cortes de luz; con todo lo que eso conlleva. El suyo no es un caso aislado. En Torre Baró, su barrio, en la fría parte de montaña de la Zona Nord de Nou Barris, son varias las familias en la misma situación.
POBREZA ENERGÉTICA
"Duermo con la luz encendida por miedo a quedarme sin oxígeno por un corte"
Carmen Vicario respira gracias a un aparato conectado a la luz en el barcelonés barrio de Torre Baró, que suma numerosos cortes de electricidad desde el 5 de diciembre.
En el barrio de Sant Roc, en Badalona, los cortes son prácticamente diarios desde hace un mes, coincidiendo con la llegada del frío.
Endesa responde que la instalación tanto en Torre Baró como en Sant Roc "se encuentra en buen estado" y que el 100% de los cortes registrados se deben a "sobrecargas por conexiones irregulares".
Vecinos de Torre Baró denuncian cortes de electricidad /
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