La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pedido al Govern que "si todos los indicadores epidemiológicos evolucionan favorablemente" plantee la reapertura de bares, restaurantes, gimnasios y equipamientos culturales con aforo limitado a partir del 23 de noviembre, día que el Ejecutivo catalán ha fijado para iniciar la desescalada. Una desescalada en principio limitada a las actividades al aire libre y las terrazas de la restauración.
Colau ha criticado este plan de desescalada, que ha considerado que "no es verdad" porque "no es una reapertura" real: "bares, restaurantes, teatros, cines, gimnasios seguirán cerrados", ha subrayado. "No digamos cosas que no son", ha dicho en alusión a la anunciada reapertura del 23-N.
La alcaldesa ha apuntado que estos sectores están al borde del colapso económico --ha apuntado que con la reapertura de las terrazas bares y restaurantes contemplada en el plan de desescalada no salvan sus negocios-- y ha planteado que, siempre que los datos de evolución de la pandemia sean buenos, el 23-N se podría plantear su reapertura con un aforo limitado, que podría ser, ha dicho, del 40% o del 50%
Y dicho esto, Colau ha urgido al Govern a planificar de forma realista y con un "horizonte real" la desescalada. En este sentido, ha pedido que se informe y avise con antelación a los sectores afectados, "no el día antes", para que puedan organizar su vuelta a la actividad.
Ha lamentado que toda la presión recaiga sobre los sectores económicos cuando "no se han hecho los deberes" --como reforzar la atención primaria o proveerse de test de antígenos--, y ha pedido más diálogo entre las 'conselleries' de la Generalitat, en alusión a las discrepancias entre Salut, Interior y Empresa.