Un milagro. Y por partida doble. Sobrevivir a una caída de 56 metros es toda una hazaña que solo supera una recuperación increíble que se constata un mes y medio después de que se produjera el accidente. El 13 de septiembre, Roberto Mañez Blanco volvió a nacer, sin saberlo. Era domingo y mientras trabajaba en una de las grúas más altas del Puerto de València, un barco la derribó y el estibador cayó con ella, dentro de la cabina. Un caída similar a la de un coche, desde un décimo octavo piso y con el conductor dentro. Los bomberos excarcelaron su cuerpo de entre el amasijo de hierros y cristales.
La vida tras una caída de 56 metros
El estibador Roberto Mañez Blanco se recupera de sus lesiones tras el grave accidente que sufrió el 13 de septiembre cuando un barco derribó la grúa en la que trabajaba - "He vuelto a nacer y aprovecharé esta oportunidad", asegura
Roberto Mañez, en el hospital La Fe con la camiseta que le ha diseñado un amigo motero /
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