Rebuscando entre los metales de la basura o entre los desechos de los mercados; en la playa vendiendo sin licencia o limpiando y cuidando de dependientes en cientos de hogares. Las personas que trabajan en la economía sumergida están en todas partes, pero ni sus historias, ni su situación, aparecerán nunca en ninguna estadística. Tampoco podrán acceder a derechos laborales y, muy probablemente, quedarán excluidos de cualquier ayuda social. Temen el contagio del coronavirus, y tratan de evitarlo aplicando muchas medidas de protección. Pero, a diferencia del resto de la población, para ellos contagiarse implica también perder un techo y vaciar la despensa. Los invisibles toman la palabra en EL PERIÓDICO.
CRISIS TRAS LA PANDEMIA
Hablan los 'invisibles': "Si doy positivo, lo pierdo todo"
Varias personas que trabajan en la economía sumergida comparten en EL PERIÓDICO la problemática que viven en la pandemia
Muchos de ellos han perdido los precarios empleos, y necesitan encontrar algún trabajo de forma urgente, antes que confinarse o hacerse pruebas del coronavirus
Marlene Magaly y Johane Laiches, dos cuidadoras de personas mayores, que tras la pandemia se han quedado sin apenas empleo. /
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