El confinamiento imposible

Texto: Elisenda Colell Fotos: Jordi V. Pou | 15 julio 2020

El Segrià se convierte en una ratonera para cientos de temporeros sin trabajo. Muchos malviven hacinados en pisos sin las menores garantías de higiene y solo tienen en mente una cosa: escapar del encierro para buscarse la vida en otras zonas de España

El desagüe del agua está roto y un charco inunda la entrada del edificio. Un muro inexistente precipita directamente el retrete con el patio de luces, a unos cinco metros de altura. El techo está hecho pedazos, igual que la puerta; solo abrirla, en el mismo recibidor, tres hombres reposan en la penumbra, encima de un colchón. En pisos como este, ubicado en el centro de Lleida, viven cientos de hombres que pisaron el Segrià para trabajar en la campaña de la fruta y ahora, con las restricciones decretadas por el Govern, se ven metidos en una ratonera. Muchos tratan de huir en autobús y burlar la orden de encierro. Otros se sienten atrapados en la miseria más cruel. Su confinamiento no tan solo es imposible, también inhumano. 

Temas

Provincia de Lleida Coronavirus