JAQUE A LA CONVIVENCIA

Patrullas justicieras y jóvenes de la calle: cóctel inflamable

Alcaldes de Mataró, Llançà o El Masnou defienden que las reacciones de sus ciudadanos contra ocupas no son racistas sino de hartazgo frente a la inseguridad

Los Mossos son conscientes de los delitos que cometen algunos jóvenes extutelados pero avisan de que nadie puede asumir la tarea de los policías

Un joven migrante extutelado en la playa de Ocata (El Masnou), el pasado viernes. / SERGI CONESA

El domingo 14 de junio unos cincuenta vecinos de Premià de Mar (Maresme) asaltan violentamente la casa que ocupan cuatro jóvenes migrantes a quienes consideran autores de robos e incluso –sin pruebas– de una tentativa de agresión sexual en la población. El sábado 20 de junio cinco ciudadanos retienen y golpean con furia a un joven migrante que acaba de robar la cadena de oro a una anciana en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès). El mismo 20 de junio en Badalona otro joven migrante es retenido y agredido por vecinos después de intentar robar a un anciano que resultó herido durante el asalto. El lunes 22 junio, en Llançà (Alt Empordà), agentes de los Mossos d’Esquadra forman un cordón policial para proteger un domicilio ocupado por jóvenes –migrantes, de nuevo–, a quienes los vecinos acusan de colarse por la noche en sus domicilios para robar.