“Subí al tren y poco antes de que se pusiera en marcha apareció el vigilante de seguridad que momentos antes me había denegado ayuda (la máquina no le registró el billete que había comprado). Entró en el vagón y se dirigió hacia dónde me encontraba (…) Comenzó a insultar y a gritar, diciéndome subnormal, sinvergüenza e idiota (…) Me cogió del cabello, me tiró al suelo y me arrastró por el vagón”, este es el relato que explicó a los Mossos Celia, una ciudadana francesa que vive desde hace cuatro años en Barcelona. Según su denuncia, este agente de seguridad, que el pasado 31 de mayo estaba de servicio en la estación de Ferrocarries de la Generalitat de la plaza de Catalunya, también le propinó patadas en una pierna que ya tenía lesionada, la subió a la fuerza al vestíbulo y al ver que estaba grabándole con el móvil, le empujó brúscamente a la altura del cuello y le tiró el aparato al suelo.