la desescalada española

Bienvenidas fase 2 y fase 3, pero con mucha cautela

Todos los territorios avanzan hacia la nueva normalidad, incluídas las ciudades de Barcelona y Madrid

Expertos apelan a la responsabilidad colectiva parar evitar rebrotes ya que "el virus sigue ahí fuera"

Los trabajadores de un restaurante madrileño arreglan la terraza para su reapertura / DAVID CASTRO

A partir de este lunes, Madrid y Barcelona, las ciudades más grandes y más densamente pobladas de España, avanzan hacia la ansiada fase 2 del proceso de desescalada. Le acompañan el área metropolitana norte y sur de Catalunya, la región de Lleida, Castilla y León. Todas las demás comunidades autónomas, desde Galicia hasta Andalucía, se adelantan ya a la fase 3. Pero mientras el camino hacia la "nueva normalidad" avanza poco a poco, los expertos recuerdan que el virus sigue ahí fuera y que, ahora más que nunca, hay que apelar a la cautela, al sentido común y a la responsabilidad colectiva.

"Todavía podrían haber miles de casos activos de covid-19 en España. Muchos sin diagnosticar. Y otros tantos asintomáticos que, aunque no lo sepan, siguen propagando el virus. El riesgo de rebrote está ahí", explica Enric Álvarez, investigador del Grup de Biologia Computacional i Sistemes Complexos (BIOCOM-SC) de la Universitat Politècnica de Catalunya, uno de los equipos que a lo largo de esta pandemia han estudiado la expansión del virus sobre el territorio. Hace unas semanas, se estimaba que los casos activos podrían ascender a los 124.000. Pero ahora, mientras los registros históricos de la pandemia se ajustan, esta cifra ha quedado en el aire. "No sabemos con seguridad cuántos hay, pero sabemos que hay más casos más allá de los 5.000 detectados en las últimas dos semanas. Por eso debemos actuar con cautela", añade.

Información clara y mascarillas bien puestas

"Todos queremos reanudar nuestra vida cuanto antes, pero el riesgo de contagio sigue ahí fuera y tenemos que cambiar algunas de nuestras rutinas para adaptarnos a este nuevo escenario", argumenta José Muñoz, investigador de ISGlobal y jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic. En estas etapas de desescalada, en las que poco a poco se van reanudando , las normas de oro siguen siendo las mismas. Lavado de manos frecuente, distancia de seguridad y mascarilla. "Estos consejos nos deben ayudar a retomar nuestra vida. Pero hay que seguirlos bien para que funcionen. De nada sirve que lleves puesto mascarilla cuando estés tu solo por la calle si cuando te encuentras con alguien te la quitas. O que vayas con guantes y la mascarilla bajada", reflexiona el investigador.

El covid-19 es una enfermedad que se contagia a través de las gotas respiratorias que se emiten al toser o al hablar. De ahí que las medidas aconsejadas busquen rehuir de aquellos escenarios en los que se puedan producir este tipo de contactos directos. "Quizás se ha hecho demasiado énfasis en el riesgo de contagio a través de las superficies y muchos han olvidado que la principal vía de transmisión es otra", añade Muñoz. El uso de guantes, por ejemplo, tan solo estaría aconsejado para "momentos puntuales" como una medida de protección adicional. Pero no como sustituto. El riesgo de contagio por tocar una superficie infectada, aunque sí existe, es menor que el riesgo de contagio al que nos exponemos al entablar una conversación cercana y sin protección con una persona afectada por la enfermedad.

Las nuevas normas sociales

Ahora que las reuniones de entre 15 personas (en la fase 2) y 20 (en la fase 3) vuelven a estar permitidas, los expertos recuerdan que resulta todavía más imprescindible adaptar nuestras costumbres a las circunstancias. Para quedar, espacios abiertos mejor que cerrados. Distancia de seguridad, siempre. Nada de compartir comida. Besos y abrazos aplazados a más adelante. "Sé que es complicado, sobre todo con los familiares que hace mucho tiempo que no ves. Por eso mismo es importante recordar que, si hemos estado meses aislados, es para protegerlos. Y ahora debemos seguir actuando con el mismo criterio", reflexiona Muñoz.

Asimismo, vuelve a ser imprescindible la premisa de 'si te encuentras mal, quédate en casa'. "Tan importante es evitar grandes aglomeraciones como quedarse en casa cuando te encuentras mal. Ahora que ya no estamos todos confinados, hay que apelar a la responsabilidad individual para aislarnos cuando sospechemos de un contagio", explica Álvarez. En este sentido, las autoridades sanitarias trabajan para que, en un futuro, el control de los brotes pueda realizarse de manera más localizada. Es decir, sin necesidad de confinar a toda la población. Pero sí pidiendo responsabilidad a los futuros infectados para que, en cuanto empiecen a experimentar algún tipo de malestar o síntoma, se queden en casa por prevención.